¿Qué caracteriza a un bosque primario?

Los bosques primarios son esenciales para la vida en la Tierra y constituyen importantes centros de biodiversidad, por lo que es necesario preservarlos

Los científicos siguen debatiendo la definición más precisa de bosque primario. En cualquier caso, el término bosque virgen parece abandonarse progresivamente, ya que se distinguen huellas de civilizaciones antiguas incluso en las profundidades de los bosques tropicales más densos. 

El bosque primario se definiría así en relación con los bosques secundarios explotados por el hombre. 

En este sentido, ¿todavía hay bosques primarios en Europa y podemos recrearlos?

Un intento de definir el bosque primario

Antes se hablaba de bosque virgen, pero hoy los especialistas parecen preferir hablar de bosque primario, o incluso de bosque primitivo, bosque original o bosque natural. 

Según asociaciones especialistas en el bosque primario, se trata de un bosque que no ha sido explotado ni desbrozado por el hombre; si ha sido explotado o desbrozado en el pasado, ha transcurrido el tiempo suficiente para que el bosque haya vuelto a ser primario.

En efecto, si los árboles aparecieron unos 80 millones de años antes que los humanos, hace probablemente 300.000 años que los humanos pisaron la Tierra y, por tanto, los bosques. 

En consecuencia, parece difícil afirmar que ningún pie humano haya penetrado jamás en determinados bosques. 

Pero, después de todo, ¿por qué la presencia del ser humano iba a alterar necesariamente el ecosistema forestal?

Por tanto, podemos convenir en que se dice que un bosque es primario en función de su grado de naturalidad: cuanto menos ha sido explotado por el hombre, gestionado y plantado por el hombre, es decir, administrado por una conciencia reflexiva, más se acerca a su estado natural. 

Si tomamos como criterio la ausencia de impacto humano, por ejemplo, nos damos cuenta rápidamente de que no existe una “selva virgen”. Y quizás aquí se prefiere “hablar de grado de naturalidad o artificialización”.

El bosque primario sería, por tanto, aquel que no ha sido perturbado por la actividad humana y que asegura su propia supervivencia mediante el proceso evolutivo de la silvigénesis. Pero, ¿cuánto duraría su ciclo?

¿Pueden reconstituirse los bosques primarios?

El botánico Francis Hallé, gran especialista en bosques tropicales, ha contribuido en gran medida a popularizar el concepto de bosque primario y ha difundido la idea de que sería posible recrear un bosque primario en Europa. 

Considera que en las zonas tropicales o ecuatoriales húmedas, donde los árboles crecen durante todo el año, hacen falta unos 7 siglos para que un terreno despejado quede cubierto por un bosque primario, es decir, un bosque que se ocupa de su propio ciclo desde la llegada de las especies arbóreas pioneras hasta el desarrollo de un bosque maduro y complejo, una vez establecidas las especies postpioneras. 

En una zona templada como la que conocemos en Europa, harían falta mil años de no intervención para obtener un nuevo bosque primario.

Este es todo el objetivo de su asociación, que desde hace varios años intenta establecer en Europa, en la frontera de varios países, un nuevo bosque primario de unas 70.000 hectáreas, el tamaño de la parte polaca del bosque de Białowieża, el último bosque primario de Europa, hoy amenazado. 

El programa de las Naciones Unidas para Europa, calcula que el 80% de los bosques originales se habrían talado durante el siglo XX y que cada año se deforestarían 15 millones de hectáreas de bosques tropicales primarios, es decir, la superficie de Inglaterra…

¿Cómo participar en la reconstitución de los bosques primarios en Europa?

Aunque está claro que los bosques primarios son importantes focos de biodiversidad y que la creación de nuevos bosques primarios en Europa sería algo positivo, del mismo modo que es absolutamente esencial preservar los últimos bosques primarios que quedan en el mundo, es cierto que muchos apuntan a poder convivir entre la necesidad de madera del hombre y el respeto por los bosques. 

Es por ello que se pueden desarrollar proyectos de preservación de la biodiversidad sin ninguna promesa de retorno, incluyendo islas de senescencia o santuarios de biodiversidad, como en nuestro bosque de Monceaux sur Dordogne, destinado a ser preservado sin ninguna acción por parte humana. 

Los árboles de estas parcelas no se talarán para la venta. Y además, se invita a los clientes que obtienen madera de otros lugares de forma sustentable y respetuosa que apoyen estos proyectos sin esperar ningún beneficio económico. 

Su único objetivo es preservar pequeñas zonas de naturaleza salvaje en una geografía totalmente modelada por la mano del hombre y, por tanto, beneficiar a todos enriqueciendo la biodiversidad.

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