La restauración de las zonas afectadas por los incendios en Córdoba podría llevar décadas

En los últimos años, Córdoba ha sido una de las zonas más afectadas por los incendios forestales en Argentina. Se estima que este año se han perdido 70.000 hectáreas de bosques autóctonos y pastizales, además de las más de 40.000 hectáreas afectadas por los incendios del 2023, dañando tanto la diversidad biológica como las economías agrícolas y a numerosas familias.

Córdoba ha experimentado sequías durante los últimos años, situación que empeoró en el 2024 con 5 meses sin lluvias en las zonas afectadas por los incendios. En ciertas áreas, la restauración del suelo perdido podría tardar décadas.

El aumento de las temperaturas y la escasez de lluvias agravan una situación originada por la actividad humana y que podría ser prevenible o mitigable, lo que plantea la duda sobre si la ausencia de medidas gubernamentales se debe a incompetencia, falta de experiencia, o si responde a intereses particulares.

¿Por qué Córdoba se incendia todos los años?

A pesar de que las causas pueden ser diferentes, en su mayoría, los incendios en Córdoba son causados por el accionar humano, ya sea por descuido o intencionalmente.

En relación a este tema, las entidades y habitantes locales afirman que la expansión de la frontera agropecuaria es una de las principales causas, ya que a menudo se recurre a la quema controlada para la limpieza de terrenos, lo cual puede descontrolarse fácilmente en situaciones de sequía y vientos fuertes. 

También hay que tener en cuenta la especulación en el mercado inmobiliario, por la cual en ocasiones se provocan incendios con el fin de aprovechar los terrenos. Esto significa convertir áreas que solían ser bosques o zonas silvestres en terrenos destinados a la agricultura, cría de ganado o proyectos urbanos.

En el Valle de Punilla, entre otras zonas de Córdoba, se ha observado un aumento excesivo de desarrollos inmobiliarios que ha provocado manifestaciones debido a su impacto ambiental y posible riesgo de incendios. 

¿Quién es responsable de tomar acción?

La principal dificultad que surgió este año fue la escasa coordinación entre el gobierno nacional y el provincial en la distribución de recursos y acción rápida. Los habitantes de la zona y grupos ambientalistas han protestado por la ausencia de normativas y el peligro que esto representa para la diversidad biológica y la sociedad. 

A pesar de que se decretó la emergencia nacional y varias provincias y entidades participaron en sofocar los incendios, la ausencia de una política ambiental sólida y la tardía reacción de las autoridades permitieron que el fuego se propagara sin control. Adicionalmente, no hay un control adecuado ni consecuencias para aquellos responsables de los incendios.

Impacto en el ecosistema y la sociedad

Los fuegos arrasaron áreas protegidas que albergan una diversidad de especies única, como la región de las sierras. En el futuro, la recuperación de estos ecosistemas tomará mucho tiempo y, en ciertas situaciones, no se podrá lograr sin la intervención humana.

En el ámbito social, cientos de familias quedaron sin vivienda a causa de los incendios, la producción agrícola y ganadera se vio afectada, y el turismo, fundamental para la economía local, sufrió un fuerte golpe. Las áreas rurales y las poblaciones más desfavorecidas son las más afectadas por las consecuencias económicas de estos desastres.

Reparación y futuro

Frente a esta crisis, distintas entidades y la administración regional han promovido programas de reforestación en zonas impactadas, mediante la siembra de especies autóctonas para estimular la restauración del terreno y la reaparición de la vida silvestre. El gobierno provincial otorgó $1.100 millones para la recuperación de casas incendiadas en Villa Yacanto, Los Cocos, Capilla del Monte y San Esteban.

No obstante, estas medidas, aunque imprescindibles, resultan insuficientes sin políticas a largo plazo que indiquen las causas fundamentales del asunto. Los especialistas señalan que el problema radica en que actualmente el enfoque del Plan de Manejo de Incendios se centra en extinguir los incendios, en lugar de centrarse en medidas de prevención como:

  • Ofrecer formación medioambiental en cada etapa educativa.
  • Realizar análisis del área durante todas las estaciones, no únicamente en los periodos de calor intenso.
  • Crear mapas de criticidad para identificar las áreas con mayor riesgo de incendios, destacando las zonas más propensas a registrar focos de fuego.
  • Invertir en tecnología y equipo de monitoreo para las brigadas de bomberos.
  • Supervisar las actividades agrícolas y de desarrollo inmobiliario en áreas con riesgo de incendios.
  • Impulsar medidas punitivas que sean eficaces para aquellos que no cumplan con las leyes ambientales en vigor.

La respuesta no depende exclusivamente de las autoridades, sino también de la sociedad en general. Todos, desde los ciudadanos hasta los empresarios y políticos, deben hacerse responsables de preservar un territorio que corre el riesgo de perder su esencia y biodiversidad permanentemente si sigue siendo amenazado.

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