Cómo los debates en línea, las palabras clave buscadas y las iniciativas sostenibles anunciadas como las principales acciones contra el cambio climático pueden carecer -por no decir nada- de sentido.
Los bosques son un tema central entre las discusiones ambientalistas, on line y en las comisiones de las ONG. Muchas veces también en las mesas familiares. Pero ¿vale la pena discutir? La reflexión es necesaria, pero más lo es la acción.
Tenemos demasiada prisa. Tenemos demasiada hambre de obtener la respuesta y pasar a lo siguiente. La modernidad líquida nos empuja a veces a discusiones estériles, sin intención de llevar al plano de lo real nada de lo que se dice.
¿No es así?
Manipulación mediática y sostenibilidad
Ryan Holiday es -o solía ser- un manipulador de los medios de comunicación. En su libro Confía en mí, estoy mintiendo, propone una serie de pensamientos que hacen ver la dinámica de la industria de los medios de comunicación con otros ojos.
Hay algo que resulta relevante compartir de esa obra y sobre todo, considerar seriamente en un marco de sostenibilidad.
Se llama la teoría de la disfunción narcotizante.
Holiday habla de ella como un fenómeno en el que la gente llega a confundir el ajetreo de los medios de comunicación con el conocimiento real, y confunde pasar el tiempo consumiendo noticias con hacer algo al respecto.
Dice que nuestro sistema de noticias en los medios de comunicación de masas produce apatía sin que nos demos cuenta.
Que estamos tan atrapados por las noticias que nos empujan a nuestras emociones humanas -principalmente ira y miedo- que no nos damos cuenta de que los algoritmos nos mantienen en una burbuja en la que sólo se nos muestra información en la que es probable que hagamos clic y con la que estemos de acuerdo.
La cuestión aquí es que a menudo estamos demasiado centrados en debatir todo lo que está sucediendo que podemos olvidar que hay un mundo exterior que necesita que actuemos.
Hacemos clic y leemos artículos, nos gustan, comentamos, compartimos e intercambiamos opiniones con otros.
Y luego repetimos. Una y otra vez.
Esto es lo que olvidamos: hacer algo por los asuntos que realmente nos importan.
Acudir a una reunión del municipio o comunidad a donde pertenecemos. Unirnos a algún proyecto o iniciativa que necesite nuestro dinero, nuestro tiempo y/o nuestra energía. Votando.
O incluso participando activamente en la creación de democracias diferentes para aquellos que ya no creen que las nuestras sean adecuadas y que COVID19 ha desentrañado un sistema económico disfuncional.
Online, tú y yo podemos ser los más aptos. Pero, ¿qué hay del mundo real que tiene lugar fuera de línea? ¿Qué estamos haciendo realmente para contribuir a mejorarlo?
La ilusión de los vínculos no convierte los hechos en realidad
La sostenibilidad requiere de alguna acción significativa. En alguna parte de su libro, Ryan también habla de la ilusión de los enlaces o de la economía de los enlaces.
Los blogs y los productores de contenidos saben que la gente quiere ver alguna prueba de sus afirmaciones antes de convencerse y aceptarlas como ciertas.
A menudo te llevan a Nature, ScienceDirect o a estudios o informes científicos de organismos de la ONU. Pero al enlazar sus argumentos a otras páginas web, muchos productores de contenidos -malintencionados- han expuesto vagamente su punto de vista y han apoyado su autoridad en la validez del enlace.
El problema es que estos enlaces suelen llevar a páginas web no relacionadas, a blogs u organizaciones desconocidas cuya fiabilidad puede y debe ponerse en duda, o a enormes PDF de fuentes reputadas que no afirman tal cosa.
Pero, claro, estamos demasiado ocupados -porque realmente lo estamos- para comprobar los antecedentes de cada enlace que respalda los argumentos que intentamos seguir. Así que lo asimilamos y aceptamos la información que nos dan como hechos.
A estas alturas, te estarás preguntando: ¿cómo se relaciona esto con la sostenibilidad?
Pues bien, en primer lugar, una democracia sana -en cuyo marco se toman las decisiones relativas al desarrollo sostenible- se basa en el conocimiento.
Y el conocimiento se difunde a menudo a través de las noticias. Por lo tanto, necesitamos un ambiente sano en los medios de comunicación para que funcione una democracia sana y vibrante.
En segundo lugar, me temo que la manipulación mediática está llegando a la esfera de la sostenibilidad. Y quiero ayudarles (a ustedes) a combatirla.
No ver las noticias de última hora no romperá nuestro mundo
El mundo de las noticias necesita ofrecerte información 24 horas al día, 7 días a la semana.
Como muchos canales de noticias o periódicos son de propiedad privada, no te equivoques: necesitan tu atención, tus clics y tu tiempo para vender tiempo o espacio publicitario al mejor postor.
Y así es como funciona: no estoy discutiendo aquí el potencial de las suscripciones de pago ni criticando el enfoque opuesto (gratuito).
Ojalá quienes trabajan en este espacio fueran capaces de filtrar críticamente lo que importa y lo que realmente es verdad. Y centrarse en lo que realmente tiene sentido.
Como la lucha contra el cambio climático y el diseño de un mundo mejor.
Y me temo que no es así.
Porque 24 horas al día, 7 días a la semana es demasiado. Es demasiado duro.
Y como la sostenibilidad se está poniendo muy de moda ahora, es probable que también aumenten las noticias superficiales sobre ella. Y a este respecto, hay 2 cosas que me gustaría que supieras.
No todas las iniciativas de sostenibilidad tienen sentido: Que no te laven la cara
Conscientes de que los consumidores del mundo moderno buscan cada vez más comprar productos sostenibles, muchas empresas están creando contenidos en torno a lo respetuosas que son con la sociedad y el medio ambiente.
Sólo algunas no lo son.
Y eso es difícil de averiguar porque, una vez más, estamos demasiado ocupados para comprobar los antecedentes de todo.
Y no es raro que la heurística de nuestro cerebro nos traicione y nos lleve a confundir mucho contenido con información relevante que comparta un clima significativo o una acción social.
Porque lo cierto es que hay mucha información que realmente es una pérdida de tiempo. Porque no es ni remotamente significativa.
Una de las herramientas que utilizan los analistas de sostenibilidad para evaluar el carácter ecológico de un producto se llama análisis del ciclo de vida. En pocas palabras, ayuda a evaluar el impacto de un producto a lo largo de su ciclo de vida.
Cada producto tiene un impacto diferente en las distintas etapas. Y eso es lo que tenemos que analizar de verdad y evaluar críticamente.
Por ejemplo, cuando se trata de agua embotellada, el envasado puede importar mucho. Al fin y al cabo, antes del envasado no intervienen tantos procesos de la cadena de valor.
Pero cuando se trata, por ejemplo, de la leche de almendras, ¿qué importancia tiene realmente el envase de una marca?
Cuando sabemos el enorme impacto medioambiental que tienen los monocultivos industriales de almendras. Que la huella hídrica y el agotamiento del suelo tienen un gran impacto en la fase de producción de una botella de 1 litro de leche de almendras.
¿Qué importa realmente que venga en una botella de plástico reciclado con todos esos impactos en etapas anteriores del ciclo de vida? Usted dirá: bueno, algo es algo. Pero un planeta capaz de evitar una sexta extinción masiva no necesita sólo algo.
Necesita algo significativo.
Así que, por favor, no se deje engañar. Hay una diferencia entre contenido de sostenibilidad y contenido de sostenibilidad significativo.
No se trata de lo buenos que dicen ser. Se trata de lo buenos que son en realidad
los grandes trabajos de sostenibilidad comunican.
Y atención: Las mejores marcas que conozco no siempre dicen lo sostenibles que son. No lo necesitan. Simplemente lo son.
Esto puede ayudarte a juzgar si una marca es sostenible o no y quizás incluso a decidir si comprar sus productos.
Mostrar las prácticas sostenibles de una empresa puede ser positivo. ¿Pero hacerlo todo el tiempo, con pocos vínculos con una estrategia de sostenibilidad más amplia? Parece extraño.
Porque presumir es secundario. Lo que realmente importa es hacer cambios significativos en el modelo de negocio y en toda la cadena de suministro para proteger el medio ambiente y fortalecer las comunidades sociales.
Y usted y yo no somos los únicos que estamos ocupados. Las empresas también lo están. Si se centran demasiado en parecer sostenibles, me pregunto hasta qué punto se centran realmente en actuar de forma sostenible.
Por eso las empresas más reputadas en 2021 según Forbes y el Reputation Institute no son necesariamente las que mejor protegen a las personas y el medio ambiente.
Offline es donde realmente está el cambio
¿Te acuerdas de Ryan? Él me llevó a la investigación de un estudio de Nielsen que muestra que los usuarios activos de las redes sociales son un 26% más propensos a dar su opinión sobre política y actualidad fuera de Internet.
Esto significa que las opiniones que se expresan y difunden proceden a menudo de quienes están menos informados.
¿Está de acuerdo en que leer libros y seguir cursos en línea con/de expertos nos proporciona mayores conocimientos que “discutir” titulares en los foros de las redes sociales?
Ya sabes que el envase no siempre importa de verdad. Igual que la comida biológica no importa si menos pesticidas significan agotar una fuente de agua de la que ecosistemas enteros dependían para mantenerse sanos.
La cuestión es: ya sabes que las palabras clave y las iniciativas sostenibles que se anuncian como las mejores acciones contra el cambio climático pueden carecer -por no decir nada- de sentido.
Deja que todos esos desconocidos discutan en la red porque probablemente pasen demasiado tiempo haciéndolo, y no tanto aprendiendo realmente sobre los temas.
Investiga sobre los temas que realmente te importan en Argentina y en el mundo. Deja que tus círculos cercanos conozcan tus conclusiones. Y trabaja en el mundo real por un cambio significativo, fuera de la red y real.
Tú y yo tenemos un secreto que no podemos dejar que sepan los equipos de marketing disfrazados de departamentos de sostenibilidad: sabemos que no todas las acciones de sostenibilidad tienen sentido.