Sequía: el asesino silencioso de los bosques

Los bosques, pilares fundamentales para la biodiversidad y el aire puro, enfrentan una batalla silenciosa e implacable: la sequía. Esta adversidad, más allá de extinguir a los árboles por fuegos, los deja marcados y vulnerables, ya que guardan memoria de su sed pasada.

Impacto del cambio climático en la vulnerabilidad arbórea

La naturaleza, organizada como una pirámide, ve a los bosques como su base esencial, pero estos se tambalean en su resiliencia debido al cambio climático. Los efectos nocivos del clima han impactado su capacidad de recuperación, manifestándose en formas sutiles pero devastadoras.

El investigador Francisco Lloret, del CREAF y la UAB, resalta cómo la juventud de los bosques, resultado de la repoblación en áreas abandonadas, aumenta su vulnerabilidad. Esta etapa adolescente de los bosques los hace más propensos a incendios graves y los vuelve menos resilientes ante la falta de agua.

Secuelas destructivas

Las secuelas de la sequía perduran, incluso después de que las lluvias regresan. Los árboles, como los pinos catalanes, experimentan muertes repentinas que no están vinculadas únicamente al presente, sino que se explican por experiencias de sequía pasadas. Este fenómeno evidencia la complejidad de la influencia climática en la salud de los bosques.

Bosques tropicales, muertes silenciosas

Los bosques tropicales, reconocidos por su papel crucial en la regulación del clima global, también están siendo víctimas mortales de la sequía. El estrés hídrico inducido por sequías recurrentes ha llevado a la muerte a un ritmo alarmante, socavando su función como sumideros de carbono.

Ramificaciones globales de la sequía en los bosques

El impacto no se limita a la pérdida de árboles; la sequía desencadena incendios descontrolados y aumenta la liberación de CO2. Los bosques australianos, por ejemplo, enfrentan la muerte por “sed atmosférica” debido al estrés hídrico, lo que genera preocupación por el aumento del carbono liberado a la atmósfera.

La sequía como catalizador de mortalidad forestal

La investigadora Susie Kocher indica que las sequías prolongadas complican la recuperación y la salud de los árboles. Además, señala cómo la sequía no solo los mata, sino que también crea condiciones propicias para plagas e incendios forestales que amenazan aún más la salud de los bosques.

Extensión de la temporada de incendios

El calentamiento global prolonga significativamente la temporada de incendios, como lo estima el investigador Víctor Resco de Dios. En consonancia con las proclamas de diversas organizaciones ambientalistas del mundo, como Greenpeace, esta emergencia climática no solo impacta en la salud de los bosques, sino que también altera la naturaleza, transformando bosques en matorrales en el oeste de Estados Unidos y cambiando la configuración de ecosistemas naturales.

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