El gobierno chileno oficializa cuatro nuevos humedales urbanos

El Ministerio de Medio Ambiente (MMA) de Chile oficializó recientemente la protección de cuatro humedales urbanos en las regiones de Atacama, Coquimbo, Maule y Biobío. Gracias al esfuerzo conjunto de los gobernantes locales, la comunidad científica y diversas organizaciones ambientalistas como Greenpeace Chile, estas áreas, que incluyen el Parque Kaukari y el humedal urbano Pichidangui, contarán con el resguardo especial que otorga esta clasificación. 

Durante los anuncios, la ministra Maisa Rojas destacó la importancia de la colaboración de organismos como el Ministerio de Vivienda y Urbanismo y de los vecinos y líderes de las comunidades aledañas a estos ecosistemas. Además, resaltó el valor de los mismos para combatir el cambio climático y proteger el patrimonio natural del país.

¿Por qué los humedales urbanos son tan importantes para el medioambiente chileno?

Además de ser ecosistemas con una biodiversidad invaluable, los humedales urbanos son imprescindibles para mantener la sostenibilidad y la calidad de vida de las comunidades cercanas. Para empezar, porque estos espacios funcionan como esponjas naturales capaces de almacenar el agua durante tormentas y lluvias intensas, previniendo así las inundaciones. Pero además, actúan como filtros naturales que retienen los sedimentos y contaminantes presentes en el agua, mejorando su calidad.

Por otro lado, los humedales urbanos sirven de refugio a cientos de especies de flora y fauna endémica. En ellos se pueden encontrar especies de reptiles como el lagarto de Manuel o la rana chilena, aves como el cisne de cuello negro o el flamenco chileno, y hasta diversas aves migratorias, que encuentran en ellos hábitats esenciales para alimentarse durante sus vuelos. 

Pero tal vez uno de los mayores beneficios de los humedales urbanos tenga que ver con su contribución en la lucha contra el cambio climático. De acuerdo con los expertos, estos ecosistemas son capaces de acumular ¡hasta 5 veces más carbono por hectárea que los bosques tropicales! Por este motivo, su protección es esencial no solo para Chile, sino para todo el planeta. 

Humedal Cajón del Río Claro y Estero Piduco: una barrera natural en Talca

El Cajón del Río Claro y Estero Piduco tiene más de 325 hectáreas de extensión y atraviesa la ciudad de Talca, en la Región del Maule. Este humedal ribereño actúa como una barrera natural contra inundaciones, especialmente cuando se presentan eventos climáticos extremos como las tormentas ocurridas en junio de 2023, que afectaron gran parte de la zona central de Chile.

Lagunas Recamo y Redacamo: un oasis para las aves en Talcahuano

En Talcahuano (Región del Biobío), se encuentran las Lagunas Recamo y Redacamo. Este humedal de más de 8 hectáreas sirve de hogar a más de ¡40 especies de aves!, tanto migratorias como endémicas, que encuentran un refugio en este hábitat acuático. Gracias a la nueva clasificación, estos humedales contribuirán a la estabilidad de las cadenas alimenticias del lugar y a la regulación climática de todo Chile. 

Parque Kaukari: un humedal dentro de un parque urbano

El Parque Kaukari se encuentra en la Región de Atacama y se ha convertido en el primer humedal urbano del país ubicado dentro de un parque administrado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Con solo 2,4 hectáreas, este espacio sirve de hogar a varias especies de flora endémica y animales emblemáticos como el lagarto de Manuel y el aguilucho.

Al tratarse de un ejemplo innovador de conservación dentro de un área urbanizada, este humedal no solo servirá para proteger la biodiversidad del lugar, sino que además podrá ser utilizado por la comunidad como un espacio de recreación en el que los ciudadanos puedan aprender más sobre educación ambiental, promoviendo una mejor relación con la naturaleza.

Humedal Pichidangui: un hogar sin riesgos para la fauna local

Por último, en la Región de Coquimbo, se encuentra el humedal marino-costero Pichidangui. Con más de 5 hectáreas, este ecosistema es importantísimo para proteger a especies vulnerables como el cisne de cuello negro, la gaviota dominicana, el zarapito común y el pilpilén, que dependen de hábitats costeros saludables para reproducirse y alimentarse.

No quedan dudas de que este avance en la conservación marca un hito en la lucha del país contra  amenazas como la contaminación, el desarrollo urbano descontrolado y la pérdida de biodiversidad. Gracias a esta protección garantizada por el gobierno, será posible que estos ecosistemas puedan ser aprovechados por las futuras generaciones de chilenos. 

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