Manifestantes rechazan el proyecto minero Dominga frente al Palacio de la Moneda

Cuando a mediados de diciembre de 2024, el Tribunal Ambiental de Antofagasta aprobó el proyecto minero Dominga, diversos grupos ambientalistas (como Greenpeace Chile o el Movimiento en Defensa del Medio Ambiente), gremios de pescadores y organizaciones sociales e indígenas decidieron manifestarse frente al Palacio de La Moneda debido a sus potenciales daños ambientales y económicos para el país.

Mediante una carta dirigida al presidente Gabriel Boric, los manifestantes exigieron que el mandatario cumpla con los compromisos ambientales que había asumido durante su campaña. Y es que, mientras algunos sectores consideran que este megaproyecto (que pretende explotar hierro y cobre en Coquimbo) tiene un gran potencial económico, otros advierten sobre los peligros de continuar priorizando el desarrollo a costa del medioambiente. 

¿Qué es el proyecto minero Dominga?

El proyecto Dominga es un plan de minería industrial propuesto por la empresa chilena Andes Iron SpA. El mismo contempla la explotación a cielo abierto de yacimientos de hierro y cobre en la comuna de La Higuera, ubicada en la región de Coquimbo. Además de las minas, el proyecto incluye la construcción de una planta de procesamiento, una planta desalinizadora y un puerto para poder exportar los minerales una vez extraídos. 

Con una inversión estimada en 2500 millones de dólares y una vida útil de tan solo 25 años, la empresa pretende establecerse en la zona del Archipiélago de Humboldt, reconocida por su abundante biodiversidad y que es el hogar de especies en peligro de extinción, como el pingüino de Humboldt. 

¿Quiénes son los dueños de Andes Iron SpA? Nada más ni nada menos que los empresarios Carlos Alberto Délano y la familia Garcez Silva. Délano se hizo reconocido recientemente por el financiamiento irregular de campañas políticas (caso Penta), mientras que su empresa fue criticada en el pasado por otros proyectos poco amigables con el medioambiente en distintas regiones de Chile.

¿Cómo afectaría al medioambiente chileno el establecimiento de Dominga? 

El Archipiélago de Humboldt es considerado uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad marina en el planeta. Además del pingüino de Humboldt, que se reproduce y alimenta en esta región, allí conviven especies únicas como el delfín nariz de botella, lobos y nutrias marinas y una amplia variedad de aves (como el petrel de Juan Fernández o el yunco).

Pero además, este ecosistema marino tiene un rol importantísimo en la regulación de los ciclos biológicos y climáticos del área. Sus corrientes frías y ricas en nutrientes son clave para la cadena alimenticia de los océanos, ya que de ella depende el sustento de pequeños peces y grandes mamíferos marinos. 

La construcción de un puerto industrial tan cerca del archipiélago haría que aumente considerablemente el tráfico marítimo en la región, esto no solo implica un mayor riesgo de colisiones con especies marinas, sino también que aumenta el peligro de derrames de combustibles y materiales tóxicos durante las operaciones portuarias.

Por otro lado, la cuenca de Los Choros (que provee de agua dulce a toda la región) se vería altamente comprometida por la instalación minera. La calidad y la disponibilidad de agua disminuirían por la contaminación por sedimentos y productos químicos generados por la minería, afectando de forma irreversible tanto a la agricultura local como a otras actividades como el turismo, fundamentales para la economía de las comunidades cercanas.

¿Qué tan ciertos son los beneficios económicos para la región de este proyecto minero?

En la actualidad, las comunidades que habitan la región de Coquimbo dependen de actividades sostenibles como la pesca artesanal, el turismo ecológico y la agricultura a pequeña escala. Estas actividades no solo generan empleo, sino que lo hacen sin alterar el equilibrio ecológico de la región ni poner en riesgo la salud de miles de personas. 

El proyecto Dominga llega como una supuesta “bendición” para la zona, ofreciendo más de 8 mil puestos de trabajo. Sin embargo, cuando la operación minera concluya (al cabo de los 25 años), Coquimbo quedará con personas desempleadas que ya no podrán volver a dedicarse a actividades sostenibles porque el ecosistema habrá sido devastado. 

La pesca sería una de las más afectadas, ya que la contaminación reduciría considerablemente las capturas de peces y mariscos. Es por eso que gremios de pescadores de Los Choros y Chungungo han advertido que este proyecto tendría consecuencias irreversibles y dejaría a miles de familias sin posibilidades de trabajar o alimentarse. 

Lo mismo sucedería con el turismo, otro pilar económico de la región. Al degradarse en el entorno natural, los visitantes interesados en avistamientos de ballenas y colonias de pingüinos de Humboldt desaparecerían. Esto llevaría a la ruina a los pequeños negocios locales, desde guías turísticos hasta hosteleros y artesanos.

Los ciudadanos chilenos ya han alzado sus voces para exigir que el medioambiente no sea sacrificado en nombre del progreso. Ahora la decisión está en manos del presidente Gabriel Boric. ¿Cumplirá sus promesas de campaña? 

Contactenos

Para contactarnos rellena el siguiente formulario