Los incendios forestales aumentan el riesgo de demencia

La comunidad científica ha descubierto un nuevo y temible impacto del humo de los incendios forestales. De acuerdo con un estudio presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (llevada a cabo en la ciudad de Filadelfia, en los Estados Unidos), las partículas finas presentes en este tipo de humo pueden aumentar significativamente el riesgo de padecer demencia. 

Ya hace varios años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había advertido sobre la relación de esta clase de partículas con enfermedades crónicas como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer de pulmón. Sin embargo, este nuevo informe describe que el impacto del humo de los incendios forestales puede ser mucho mayor al de otras formas de polución.

En un momento donde los incendios forestales se han vuelto cada vez más frecuentes y severos como consecuencia del cambio climático que atraviesa el planeta, conocer cuáles pueden ser los efectos nocivos de la contaminación del aire resulta imprescindible para contribuir a cuidar el medioambiente y proteger la salud de seres humanos, plantas y animales. 

¿Cómo afecta al cerebro el humo de los incendios forestales?

El estudio realizado en el sur de California durante la última década, incluyó a más de 1,2 millones de personas mayores de 60 años. Gracias a esta investigación, los científicos descubrieron que la exposición al humo de los incendios forestales de la zona, había aumentado considerablemente el riesgo de que las personas fueran diagnosticadas con demencia.

Según los investigadores, esto se debe a que las partículas finas (PM2.5) del humo proveniente de la quema de bosques contienen una mayor concentración de sustancias químicas tóxicas y son más pequeñas que las que emiten la mayoría de los vehículos y fábricas, por lo que representan un riesgo hasta 7 veces mayor que otras fuentes de contaminación para la salud cerebral. 

Los investigadores señalaron que el riesgo de ser diagnosticado con demencia aumentó un 21% en aquellas personas expuestas al humo de incendios forestales durante tres años. En cambio, la exposición a la contaminación del aire de otras fuentes, como el tráfico o las fábricas, aumentó el riesgo en solo un 3% durante el mismo período de tiempo.

Mucho más que cuidar el cerebro

Las PM2.5 no solo aumentan el riesgo de padecer demencia en los seres humanos, sino que pueden ocasionar muchas otras enfermedades graves. Diversos estudios han demostrado que aspirar niveles elevados de estas partículas aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y puede ocasionar que los bebés nazcan con un peso por debajo de lo normal. 

La Dra. Holly Elser, una de las autoras principales del estudio, explica que las PM2.5 presentes en los incendios forestales se producen a temperaturas más altas, lo que genera una mayor concentración de toxinas. Por otro lado, estas partículas pueden quedar suspendidas en el aire durante largos períodos de tiempo, lo que prolonga la exposición y aumenta el riesgo para la salud de los seres humanos. 

Mayor riesgo para las comunidades más vulnerables

Como suele suceder con los efectos del deterioro ambiental, los efectos negativos del humo de los incendios forestales no afectan a todas las personas por igual. De acuerdo con los expertos, las personas más afectadas son las pertenecientes a minorías raciales y étnicas, así como aquellas que viven en las áreas más pobres, ya que cuentan con menos recursos para protegerse.

Es por eso que la Dra. Joan A. Casey, coautora del estudio, recalcó que los gobiernos deben dictar medidas que reduzcan la exposición a largo plazo a las PM2.5 si quieren prevenir nuevos casos de demencia (en especial en las comunidades más vulnerables). Por este motivo, es fundamental que las políticas públicas se enfoquen en prevenir nuevos incendios forestales, pero también en garantizar que todos los ciudadanos accedan a recursos para proteger su salud. 

Nuevas estrategias de prevención

Ante el aumento de los incendios forestales, expertos de organizaciones ambientalistas como Greenpeace destacan la necesidad de que los gobiernos inviertan en mejores métodos para combatir estos siniestros, a través de estrategias que promuevan la sostenibilidad ambiental y penen la tala y el desmonte de bosques nativos. 

Pero además, los investigadores de la Alzheimer’s Association recomiendan actualizar los sistemas de filtración de aire en los hogares, monitorear la calidad del aire e instar a la población a que permanezca en sus hogares o a que utilice mascarillas N95 cuando los índices de calidad del aire (AQI) sean insalubres. 

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