De acuerdo con un estudio realizado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio estadounidense (NASA), los bosques de la Patagonia chilena tienen un protagonismo clave en la lucha contra el cambio climático. En su investigación realizada junto a científicos de la Universidad de Maryland y la empresa chilena especializada en proyectos de conservación, Carbon Real, este organismo concluyó que estos bosques siempreverdes tienen una capacidad sin igual para almacenar dióxido de carbono (CO2).
El estudio fue parte de la misión GEDI (Investigación de la Dinámica de Ecosistemas Globales), mediante la cual NASA ha estado midiendo y mapeando bosques de todo el mundo desde la Estación Espacial Internacional (EEI). Debido a la complejidad de la región patagónica, los datos obtenidos desde el espacio fueron complementados con mediciones in situ realizadas con tecnología LiDAR.
La tecnología de Detección por Luz y Distancia (LiDAR, por sus siglas en inglés), utiliza pulsos láser para medir distancias de forma exacta entre un sensor y una superficie. Gracias al uso de drones y aviones, se logró crear mapas tridimensionales detallados del entorno patagónico donde el acceso era complicado y ajustar las mediciones de la EEI.
¿Por qué los bosques patagónicos son tan importantes para combatir el cambio climático?
Los bosques del planeta tienen la capacidad de almacenar dióxido de carbono a través de la fotosíntesis que realizan sus árboles. Al retener el CO2 en sus estructuras, ayudan a mitigar los impactos del cambio climático. Pero de acuerdo con el descubrimiento de la NASA, los bosques de la Patagonia cuentan con características que los vuelven especialmente efectivos para esta tarea.
Debido a su densidad y extensión, los bosques patagónicos superan ampliamente las cifras de almacenamiento de carbono de ecosistemas de otras partes del mundo. Según la investigación, cada hectárea de los bosques siempreverdes de la Patagonia almacena en promedio 96 toneladas de carbono, lo que supera en un 110,6% las estimaciones hechas previamente por el Instituto Forestal de Chile.
Esta diferencia con respecto a otros entornos los convierte en un tesoro natural único que es necesario proteger debido a su enorme potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático.
Proteger los bosques, para salvaguardar la vida en el planeta
A pesar de su enorme importancia para la vida en el planeta, muchas de las áreas de bosques patagónicos no cuentan con la protección legal necesaria para protegerlos. Esto los deja expuestos a amenazas como la deforestación o la suplantación por especies exóticas como pinos o eucaliptus por parte de la industria forestal. Además, en los últimos años han sido víctimas de un aumento considerable de los incendios forestales provocados por el aumento de la temperatura.
Estas actividades humanas no solo reducen la capacidad de estos bosques para mitigar el cambio climático, sino que ponen en peligro a toda la biodiversidad local. Es por eso que miembros de organizaciones ambientalistas como Greenpeace Chile esperan que el trabajo de la NASA sirva como incentivo para que el gobierno cree políticas de protección ambiental más efectivas para toda la región.
El nuevo pulmón del planeta
El informe de la NASA y la Universidad de Maryland, publicado oficialmente en la revista científica Forest Ecology and Management en septiembre de 2024, no hace más que remarcar la importancia de esta clase de ecosistemas para el planeta. La única manera de combatir el cambio climático es mediante la voluntad política para proteger este patrimonio natural de la humanidad.
Tal como sucede con la selva amazónica, los bosques patagónicos son un pulmón verde de la Tierra. Y a pesar de sus enormes diferencias en cuanto a climas y biodiversidad, ambos son esenciales para retener carbono a gran escala. Si uno de ellos fallara, la capacidad del planeta para combatir el cambio climático se vería disminuida. Por eso, protegerlos no debería ser visto como un gasto, sino como una inversión en el futuro de la humanidad.