Los bosques chilotes, entre los que más dióxido de carbono absorben en el mundo

De acuerdo con una investigación reciente, los bosques de la región de Chiloé están entre los ecosistemas que más dióxido de carbono (CO2) capturan en el mundo. El estudio estuvo a cargo de Jorge Pérez-Quezada, experto del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y profesor de Ciencias Agronómicas en la Universidad de Chile.

Tras más de una década de análisis, los científicos pudieron determinar que estos bosques absorben cerca de 18 toneladas de CO2 por hectárea al año. Esta cifra los sitúa entre los principales sumideros de carbono del planeta, solo por detrás de los bosques tropicales y de un bosque templado ubicado en el estado de Oregón, en los Estados Unidos. 

Este descubrimiento, que se llevó a cabo en un área protegida cerca de Ancud, permitirá proyectar capacidades similares en otras regiones boscosas de la Patagonia chilena. Por lo que la información del estudio será crucial para quienes abogan por la conservación de los ecosistemas y para que el gobierno pueda establecer políticas ambientales más efectivas.

Además, la investigación podría ayudar a crear Bonos de Carbono de alta calidad. Esto se debe a que, al combinar tecnologías de última generación para medir la biomasa y el secuestro de carbono, se pueden generar créditos de carbono más precisos y confiables de los que se venían utilizando hasta el momento. 

¿Cómo se llevó a cabo el estudio sobre absorción de dióxido de carbono en los bosques de Chiloé? 

La investigación liderada por Pérez-Quezada comenzó con la instalación de torres de monitoreo Eddy covariance en un área protegida de la ciudad isleña de Ansud. Estas torres permitieron la obtención de datos mucho más precisos que los provistos por las imágenes satelitales, ya que miden el intercambio de dióxido de carbono entre los ecosistemas y la atmósfera. Esto permite determinar fehacientemente si un bosque es fuente o sumidero de carbono. 

El estudio llevado a cabo en Chiloé fue impulsado por la Red de Estudios Socioecológicos de Largo Plazo (LTSER) y responde al compromiso que adquirió el Ministerio de Medio Ambiente nacional para estimar cuál es el aporte de Chile a la lucha contra el cambio climático. Esto permitiría a las empresas conocer con precisión cuáles son sus contribuciones de CO2 a la atmósfera y trabajar para mitigarlas mediante, por ejemplo, la emisión de Bonos de Carbono. 

¿Qué son los bonos de carbono?

Los bonos de carbono son certificados concedidas a organizaciones públicas y privadas que logran reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por debajo de un nivel preestablecido. También pueden otorgarse si estas empresas capturan carbono a través de actividades como la reforestación o la conservación de los bosques. 

Cada bono de carbono representa una tonelada métrica de dióxido de carbono que se ha evitado o capturado. Estos bonos pueden ser vendidos o comprados, lo que permite a las empresas y a los gobiernos compensar sus propias emisiones comprando bonos de aquellos que han logrado reducir o capturar GEI de manera efectiva.

¿Por qué es necesario contar con mediciones de carbono fehacientes? 

El estudio llevado a cabo en Chiloé permitirá generar Bonos de Carbono confiables y trazables, que realmente demuestren la captura de carbono de forma precisa. Al garantizar la trazabilidad de los datos, se aumenta la confianza en estos instrumentos financieros, lo que fomenta la inversión en la conservación de la naturaleza. 

Y es que, desde el momento en que se pone un precio al carbono, se crea un incentivo económico para que las empresas y los gobiernos inviertan en tecnologías limpias y prácticas más sostenibles. Sin embargo, desde organizaciones ambientalistas como Greenpeace Chile advierten que estas prácticas no deberían quitar el foco de lo más importante: la financiación de proyectos de conservación y reforestación de los bosques nativos.

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