El humo de los incendios forestales está matando cada vez más gente

Desde hace años, el cambio climático ha intensificado la frecuencia e intensidad de los incendios forestales en todo el planeta. Y de acuerdo con dos estudios recientes publicados en la revista científica Nature Climate Change, este fenómeno está generando una crisis de salud pública nunca antes vista.

La investigación liderada por el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK, por sus siglas en alemán) revela que en los últimos 20 años hubo un aumento de casi un 16% en las superficies devastadas por incendios forestales a nivel mundial. Ni siquiera los esfuerzos de conservación implementados por los gobiernos de los países más afectados, que han intentado limitar la expansión del fuego mediante un control más efectivo del uso de la tierra y contribuyendo al crecimiento de la densidad poblacional en esas áreas, han podido evitarlo.

Los expertos explican que, a medida que los incendios se vuelven más frecuentes y extensos, la cantidad de humo que se libera a la atmósfera crece, empeorando de forma notable la contaminación del aire y poniendo en riesgo la salud de millones de personas. De hecho, los estudios revelan que la contaminación por humo de incendios ha aumentado considerablemente las muertes relacionadas con afecciones respiratorias y cardiovasculares. 

Sin ir más lejos, en las últimas décadas la tasa de mortalidad anual relacionada con la contaminación por incendios pasó de menos de 50 mil muertes ¡a más de 98 mil! Por este motivo, organizaciones ambientalistas como Greenpeace y médicos de todo el mundo buscan alertar a los gobernantes mundiales para que implementen políticas que ayuden a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a prevenir la propagación de incendios.

¿Qué significa el aumento de los incendios forestales para la salud mundial?

Según el primer estudio del Instituto de Potsdam, entre 2003 y 2019, diversas regiones de Australia, Sudamérica, el oeste de Norteamérica y Siberia han sido las más afectadas por los incendios forestales y se prevé que sigan siendo las más vulnerables en los próximos años debido a la reducción de humedad en sus suelos y al aumento de las temperaturas globales como consecuencia del cambio climático.

El segundo estudio de los expertos alemanes se enfoca en cómo la contaminación del aire producto derivada del humo de los incendios está aumentando la mortalidad global. Los investigadores descubrieron que las muertes relacionadas con el humo de incendios pasaron de aproximadamente 46 mil en la década del ‘60 a casi 100 mil en la de 2010. 

Pero además de repercutir en la salud de los habitantes de las zonas más afectadas por el fuego, los científicos han advertido que el impacto del humo también influye en aquellos que no viven cerca de las áreas incendiadas, ya que las partículas en suspensión son capaces de viajar cientos de kilómetros, aumentando el riesgo en las zonas más densamente pobladas del globo.

¿Qué son las partículas en suspensión y por qué son tan letales?

Las partículas en suspensión, también conocidas como material particulado (PM), son partículas diminutas que se originan a partir de la combustión de la vegetación y otros materiales orgánicos durante los incendios forestales. Las partículas más pequeñas son capaces de penetrar profundamente en el sistema respiratorio y llegar al torrente sanguíneo, causando enfermedades pulmonares y cardiovasculares. 

En algunos casos pueden generar desde síntomas como la irritación de las vías respiratorias, hasta enfermedades respiratorias crónicas como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, diversos estudios han demostrado que una exposición prolongada a estas partículas aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedades graves como cáncer de pulmón y puede agravar afecciones cardiovasculares, generando infartos o insuficiencia cardíaca.

¿Cómo mitigar estos efectos dañinos para la salud?

El estudio señala que, a menos que se implementen políticas efectivas de mitigación de los incendios forestales, esta situación continuará empeorando. Los especialistas recomiendan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y crear áreas de contención y prevención de incendios en las zonas más vulnerables. 

Además, es importante que los gobiernos inviertan en tecnología y sistemas de alerta temprana que permitan a las comunidades afectadas prepararse para los efectos de los incendios forestales. Finalmente, es imprescindible que las políticas de salud pública incluyan planes de respuesta específicos para enfrentar los efectos del humo en la población. 

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