¿Cómo afectan las altas temperaturas en los humedales del Ártico al cambio climático? 

La superficie del Ártico está cubierta casi en un 60 por ciento por humedales. A lo largo de los últimos 20 años, estos ecosistemas, que comprenden desde turbales y ríos, hasta bahías poco profundas, han incrementado sus emisiones de metano en un 10 por ciento, poniendo en riesgo la estabilidad climática de todo el planeta. 

El metano (CH4) es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento mucho mayor al del dióxido de carbono (CO2). Por este motivo, los científicos expertos en calentamiento global lo consideran un punto neurálgico de la crisis climática global. De acuerdo con recientes investigaciones llevadas a cabo por expertos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (de los Estados Unidos), las emisiones de este gas nocivo para la atmósfera en la región boreal-ártica han aumentado considerablemente, desde la última medición realizada en el año 2002. 

Por lo general, cuando se habla de las principales fuentes de gases de efecto invernadero, se suele nombrar a actividades humanas como la ganadería, las industrias petroleras y todos aquellos sectores económicos que se valen de combustibles fósiles para llevar a cabo sus labores. Sin embargo, los humedales son la mayor fuente natural de metano en la Tierra. Por lo que el incremento reciente representa una verdadera preocupación para el futuro del planeta. 

¿Por qué los humedales están generando más gas metano?

El gas metano se libera como respuesta a una serie de procesos naturales de descomposición de la materia orgánica en condiciones húmedas y sin oxígeno. En los humedales árticos y boreales, donde cada año hace más calor, el incremento de las temperaturas está haciendo que las emisiones de metano se produzcan a un ritmo 4 veces más rápido de lo que sucede en estos ecosistemas en otras partes del mundo.

De acuerdo con Qing Zhu, científico investigador del Laboratorio de Berkeley, a medida que las temperaturas suben, se incrementa el nivel de actividad de los microbios y de la vegetación que habitan en los humedales. Este aumento es la principal causa de las mayores emisiones de gases contaminantes, entre los que destaca el metano.

Según un análisis detallado de datos recopilados durante dos décadas por los investigadores, entre 2002 y 2021, los humedales liberaron un promedio de 20 teragramos de metano al año. O lo que es lo mismo ¡el peso de 55 edificios Empire State! Los especialistas advierten que la liberación a la atmósfera de este volumen descomunal de metano podría acelerar el proceso de calentamiento global y desencadenar desastres climáticos en todo el mundo.

¿Qué son los hot spots de metano?

En los humedales del ártico existen zonas denominadas “hot spots” por los científicos, que contienen depósitos subterráneos de gas metano. Por lo general, estas áreas se encuentran selladas por una capa de permafrost (capas de suelo congeladas de forma permanente). Pero en los últimos 20 años, las altas temperaturas a las que estas zonas han estado expuestas están provocando la liberación de este “metano subterráneo”.

Un claro ejemplo de cómo las temperaturas están directamente relacionadas con los niveles de emisiones de metano es el del año 2016, cuando se registraron las mayores emisiones anuales de este gas en los humedales del ártico, coincidiendo con un período de altas temperaturas en las latitudes altas del planeta.

Para los expertos de organizaciones ambientalistas como Greenpeace y el Fondo Mundial para la Naturaleza, estos puntos críticos deben ser estudiados con especial atención si se quiere mitigar los niveles de emisiones de gases contaminantes en estas regiones. Ya que son especialmente abundantes en los humedales árticos y boreales y su incremento podría tener repercusiones inimaginables para la estabilidad climática mundial.

A mayor temperatura, mayor producción de metano

Durante su estudio, los investigadores descubrieron que existe una compleja interacción entre la temperatura y la productividad de las plantas que repercute directamente en los niveles de emisiones de metano. Cuando las temperaturas son más altas, se estimula la actividad microbiana en los suelos saturados, lo que a su vez conduce a una mayor liberación de metano a la atmósfera.

Pero además, a medida que las plantas se reproducen con mayor velocidad, también aumenta la cantidad de carbono orgánico en el suelo. Esto proporciona un sustrato adicional para los microbios productores de metano. 

Es por eso que esta interacción entre la vegetación y los microbios del suelo crea un ciclo de retroalimentación cada vez mayor de las emisiones de metano en los humedales árticos que puede tener efectos duraderos y devastadores en los ecosistemas y el clima global.

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