La silvicultura, el arte y la ciencia del cultivo y cuidado de los bosques, es esencial para la salud de nuestro planeta. Sin embargo, en una era de conciencia ambiental, surge la pregunta: ¿Están las organizaciones realmente contribuyendo a la sostenibilidad, o simplemente están vendiendo una imagen ecológica?
En el centro de esta controversia se encuentra la Iniciativa de Silvicultura Sostenible uno de los más grandes programas de certificación forestal de Norteamérica.
Recientemente, esta organización ha sido objeto de una denuncia por supuesto “lavado verde” de sus productos forestales.
Pero, ¿qué hay detrás de estas acusaciones?
Ecojustice, una caritativa entidad legal enfocada en el medio ambiente, fue la primera en levantar la alarma en noviembre de 2022. Kegan Pepper-Smith, abogado de la organización, confía en las pruebas presentadas, aunque la Oficina de la Competencia aún no ha hecho pública su declaración.
La SFI se defiende argumentando que denuncias similares en Estados Unidos resultaron en su favor.
Pero para Ecojustice, la lucha es más profunda. Pepper-Smith señala la desigualdad en enfrentar a uno de los más grandes certificadores forestales de Estados Unidos, resaltando la importancia de que entidades como la Oficina de Competencia intervengan en estos asuntos.
El corazón del debate se centra en la definición de “sostenibilidad”.
Mientras la SFI considera su enfoque sostenible al integrar reforestación, gestión y prestación de servicios ecosistémicos, Liat Podolsky, científica de Ecojustice, argumenta que la certificación de la SFI permite prácticas como la tala rasa, que a pesar de plantar árboles jóvenes en reemplazo, no necesariamente mantienen el balance ecológico.
No todos los bosques son iguales. Los bosques antiguos, por ejemplo, son irreemplazables en términos de biodiversidad. Reemplazar árboles viejos por jóvenes no compensa la pérdida de hábitats específicos, esenciales para ciertas especies.
Además, las investigaciones indican que la pérdida de estos bosques antiguos tiene efectos devastadores en la meteorología, hidrología, culturas indígenas y más.
Si Ecojustice obtiene el veredicto a su favor, la SFI podría enfrentarse a serias consecuencias, incluyendo una posible multa millonaria destinada a proyectos de conservación.
Mientras el mundo espera el desenlace de este caso, nos recuerda la importancia de ser consumidores informados y de cuestionar constantemente el verdadero impacto de las certificaciones.
En un mundo donde el equilibrio ecológico es más crucial que nunca, la transparencia y la verdadera sostenibilidad deben estar al frente de nuestras decisiones.