Mega plantaciones de pinos en la Patagonia argentina: invasión territorial, incendios y falta de agua (segunda parte)
Las empresas forestales que destruyen sin piedad la vida natural con sus plantaciones de especies exóticas, en el caso de la primera parte del artículo, en Mapu, Argentina.
Miles de hectáreas de pinos y eucaliptos que no solo extinguen toda la flora y fauna nativa, sino que secan irremediablemente los cursos de agua más cercanos.
Plantaciones que afectan también a Chile
Las plantaciones han transformado por completo el paisaje del sur de Chile y ahora son la principal causa de conflicto.
La única respuesta es militarizar la región y declarar el estado de sitio. A principios de noviembre de 2021, dos miembros de la comunidad mapuche fueron asesinados por las fuerzas del Estado.
Efectos sobre el río Chubut
Numerosos arroyos de la zona cordillerana alimentan al río Chubut, que atraviesa la provincia argentina del mismo nombre de oeste a este antes de desembocar en el Mar Argentino.
Los manantiales se encuentran en el límite entre el bosque y la estepa, una franja de unos 350 km de longitud.
Sólo en esta región, el grupo italiano propietario de la marca de ropa Benetton ha plantado hasta la fecha más de diez mil hectáreas de pinos ponderosa, y sigue ampliando sus plantaciones.
Una investigación reciente en la zona descubrió que la transpiración de las plantaciones de pinos maduros representaba hasta el 73% del flujo total de agua, frente a sólo el 10% en la estepa arbustiva.
Las plantaciones de pinos en la Patagonia semiárida evaporan todas las precipitaciones, de modo que no hay drenaje profundo ni reposición de aguas subterráneas, concluye un estudio de expertos sobre el caso.
Estos datos demuestran que si continúa la plantación masiva de pinos en las partes altas de la cuenca, el caudal del río Chubut disminuirá aún más, cuando ya está disminuyendo como consecuencia de la reducción de las precipitaciones.
¿Por qué tanto pino ponderosa?
El 87% de las plantaciones de la Patagonia andina son de pino ponderosa. En la provincia de Chubut, esta cifra asciende al 96%.
Los aserraderos no los quieren porque son demasiados, y a la industria de la construcción no le gusta la madera: no se puede usar para postes, pilares o leña. Entonces, ¿por qué se plantan tantos pinos ponderosa?
En la Patagonia, el pino ponderosa crece el doble de rápido que en Norteamérica, de donde es originario.
Todas las plántulas (100%) sobreviven, incluso en años de sequía. En cambio, el pino de Oregón, cuya madera tiene las mismas cualidades que la del ciprés autóctono, no resiste bien la sequía.
Por eso hay que replantarlo durante cuatro años para completar la plantación. Con la ponderosa, el plantador puede cobrar la subvención más rápidamente. El incentivo es conseguir el dinero lo antes posible. Esto fomenta las plantaciones masivas sin tener en cuenta el uso final de la madera.
Pero hay otras razones. Como en Chile, Uruguay y el norte de Argentina, detrás de los pinos y eucaliptos están las fábricas de celulosa y su legado de contaminación del agua. Este es un tema que generalmente se mantiene en secreto para evitar despertar la resistencia social de antemano.
Los portavoces de la industria insisten en que las fábricas de celulosa están excluidas del plan forestal de la Patagonia. Sin embargo, este ha sido el objetivo obvio desde que comenzaron las plantaciones en la década de 1970; las fábricas se ubicarían sobre el río Chubut, cerca de El Maitén.
Un artículo periodístico del 2016 explica que este es precisamente el objetivo de la Compañía de Tierras del Sur, del grupo Benetton: “Llegado el momento, ofreceremos madera de mucha mejor calidad que la del noreste argentino, más apta para fibra de celulosa.”
Al controlar el río Chubut y tener al menos un municipio cautivo (El Maitén, donde la mayor parte del ejido urbano pertenece a Benetton, que además cuenta con el respaldo de las autoridades políticas), es fácil predecir lo que puede ocurrir en las próximas décadas y qué poblaciones serán las primeras afectadas por la contaminación del agua.
Invasiones biológicas, académicas e institucionales
La sustitución de la vegetación autóctona por plantaciones industriales tiene muchos efectos.
Para comprender el alcance total de estos efectos, es necesario considerarlos conjuntamente y tener en cuenta sus interacciones.
Sin embargo, ni los investigadores ni los distintos organismos gubernamentales dialogan para establecer objetivos que permitan evitar efectos lamentables. Incluso dentro de los organismos gubernamentales, las opiniones divergentes rara vez o nunca se debaten abiertamente.
En consecuencia, la política forestal relativa a las zonas protegidas, los recursos hídricos y las tierras fiscales es definida en última instancia de forma independiente por funcionarios que obedecen sobre todo a las presiones de los intereses económicos.
La continuidad del Plan Forestal ha sido asegurada por la formación de recursos, como se conoce a los egresados de la Facultad de Ingeniería Forestal de la Universidad Nacional de la Patagonia.
Recursos humanos para los recursos forestales. El Centro de Investigación y Formación Forestal Andino Patagónico y la Facultad de Ingeniería Forestal, con el apoyo de la agencia alemana GTZ y los responsables de los gobiernos provinciales, impusieron el actual modelo de plantación forestal y prepararon la legislación favorable necesaria.
La “pinocracia” ha producido algo similar en la provincia de Neuquén. Este “desarrollo” forestal a gran escala no es más que otra forma de invasión territorial y extractivismo.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Es una verdadera irresponsabilidad seguir promoviendo plantaciones, aún fuera de los bosques, en la zona intermedia entre la estepa y el bosque.
Lo peor que podemos hacer sería “naturalizar” este paisaje artificial e ignorar todo lo que viene después: más sequías, acumulación de combustible para incendios cada vez más devastadores y contaminación de los ríos por las fábricas de celulosa en un futuro próximo.
Como ya se ha dicho, los pinos en sí mismos no son el problema, es más un problema de escala y dimensiones con los megaproyectos.
Tenemos que impedir que las plagas se multipliquen. Hay que llevar a cabo un proceso de consulta previa e informada de las poblaciones potencialmente afectadas y realizar el correspondiente estudio de impacto ambiental antes de iniciar las plantaciones que realmente sean necesarias.
La política forestal debe integrarse en una política territorial más amplia que, sobre todo, ponga fin a la expulsión de las personas de sus tierras y a la criminalización de las comunidades que reclaman parte de lo que fue su territorio ancestral.
A principios de 2020, el Parlamento por el Agua y el río Chubut de El Maitén afirmó que la expansión de las plantaciones preocupa a muchas comunidades mapuches: Cuando no tenemos un kizungenewün, sufrimos las consecuencias de la imposición de este sistema capitalista extractivista. Las plantaciones de pinos impuestas de esta manera provocan sequías y destruyen los árboles nativos; estos árboles se propagan fácilmente y son altamente inflamables.
Es urgente detener la proliferación incontrolada de pinos en muchas zonas. La acción individual y colectiva es importante para detener la propagación de los pinos en las zonas no invadidas o para recuperar las zonas invadidas (este folleto sugiere acciones sencillas para arrancar los pinos pequeños y secar los árboles bien establecidos).
Las reuniones para frenar la invasión, recuperar lugares concretos y fomentar la recolonización con especies autóctonas tienen una enorme importancia educativa. Recientemente se presentó en Esquel un proyecto de desarrollo para reemplazar gradualmente los llamados “bosques comunales” de pinos que rodean el pueblo por árboles nativos.
El rukatún (minga o trabajo comunitario colectivo para el bien común) es siempre una oportunidad para crear solidaridad, conciencia de lo que es de todos, de los bienes comunes y de la interdependencia. Y de todo lo que genera la creatividad y el amor a la tierra.
Estos últimos dos artículos pretenden llamar la atención sobre lo que ocurre y son en realidad una síntesis de la publicación Bienvenidos a Pinolandia, Agua, pinos, y territorio Efectos (hídricos) de la pinificación del territorio.
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