Los bosques: una fuerza estabilizadora del clima

Los bosques: una fuerza estabilizadora del clima
Los bosques: una fuerza estabilizadora del clima
Los bosques: una fuerza estabilizadora del clima

El segundo mayor depósito natural de dióxido de carbono de la Tierra. Después de los océanos de nuestro planeta, los bosques contienen más dióxido de carbono del que hay actualmente en la atmósfera. Veamos qué importancia tiene y porqué debemos cuidarlos. 

El dióxido de carbono penetra en los ecosistemas forestales, desempeñando un papel importante en los procesos ecológicos y en la lucha contra las emisiones de carbono.

Los bosques: parte vital del ciclo de carbono

Los bosques son una parte vital del ciclo del carbono, almacenando y liberando este elemento fundamental en un proceso dinámico de crecimiento, descomposición, perturbación y renovación. 

A escala mundial, los bosques contribuyen a mantener el equilibrio de carbono de la Tierra, ayudando a mitigar los impactos del cambio climático.

En las últimas cuatro décadas, los bosques han mitigado los efectos del cambio climático absorbiendo alrededor de una cuarta parte del dióxido de carbono emitido por las actividades humanas, en particular la quema de combustibles fósiles y la deforestación para cambiar el uso del suelo. 

La absorción de dióxido de carbono por los bosques reduce la velocidad a la que éste se acumula en la atmósfera, contribuyendo a frenar el cambio climático.

En general, la mitigación del cambio climático requiere dos cosas: reducir las emisiones de dióxido de carbono (y otros GEI) y eliminar el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera. 

Nuestra capacidad de gestionar los bosques de forma eficaz para eliminar parte del dióxido de carbono emitido actualmente por las actividades humanas repercutirá en las futuras tasas de aumento del dióxido de carbono en la atmósfera.

Definición del balance de dióxido de carbono

El balance terrestre de dióxido de carbono se calcula de la siguiente manera: las emisiones de dióxido de carbono procedentes de las actividades humanas menos la absorción de dióxido de carbono por los océanos y los sistemas terrestres. 

Desde el comienzo del periodo de utilización industrial de los combustibles fósiles, el balance neto de dióxido de carbono ha contribuido al aumento de las concentraciones atmosféricas de CO2 de 280 partes por millón a más de 390 partes por millón.

Como gran nación forestal que es, Canadá en particular se esfuerza por comprender cómo afectará el cambio climático actual al balance mundial de dióxido de carbono, a la salud de los ecosistemas del país y al intercambio de bienes y servicios para el público canadiense.

Canadá también debe cumplir sus obligaciones internacionales de información. En virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Canadá debe controlar e informar sobre sus emisiones de GEI y los cambios en las reservas de dióxido de carbono de sus bosques gestionados. 

Esto significa hacer un seguimiento de los cambios resultantes del crecimiento forestal, la descomposición, las perturbaciones (incendios forestales e insectos), la tala y los cambios en el uso del suelo. 

Estos cambios incluyen la forestación (la creación de un bosque en un terreno que no era forestal) y la deforestación (la conversión de los bosques a un uso no forestal del suelo, como la agricultura).

Los bosques como fuentes de emisión de dióxido de carbono y sumideros de dióxido de carbono

Un bosque se considera fuente de dióxido de carbono si libera más dióxido de carbono del que absorbe. 

El dióxido de carbono forestal se libera cuando los árboles arden o se descomponen tras su muerte (como consecuencia de la vejez, incendios forestales, ataques de insectos u otras perturbaciones). 

El dióxido de carbono en forma de CO2 y metano (CH4) están presentes de forma natural en la atmósfera y actúan como reguladores del clima. Es el aumento de estos gases en la atmósfera lo que provoca el cambio climático.

Un bosque se considera un sumidero de dióxido de carbono si absorbe más dióxido de carbono de la atmósfera del que libera. La fotosíntesis es el mecanismo que contribuye a la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera. 

A continuación, el CO2 se deposita en la biomasa forestal (es decir, troncos, ramas, raíces y hojas), en la materia orgánica muerta (hojarasca y madera muerta) y en los suelos. Este proceso de absorción y depósito de dióxido de carbono se conoce como secuestro de carbono.

El balance neto de todos estos intercambios de dióxido de carbono determina si un bosque es una fuente o un sumidero de dióxido de carbono. El equilibrio entre fuentes y sumideros de dióxido de carbono es tan dinámico como complejo.

Durante el siglo pasado, los bosques gestionados han actuado como importantes sumideros de dióxido de carbono, pero en las últimas décadas se ha observado en algunos años la tendencia contraria: los bosques canadienses se han convertido en fuentes de dióxido de carbono, liberando a la atmósfera más dióxido de carbono del que acumulan.

Varios factores han contribuido a esta transición, entre ellos un aumento considerable de la superficie total anual afectada por incendios de vegetación e infestaciones de insectos sin precedentes. 

La combinación de estos acontecimientos y actividades ha hecho que los bosques gestionados de Canadá se hayan convertido en fuentes netas de dióxido de carbono, sobre todo cuando se han quemado grandes superficies.

Proteger, restaurar y gestionar

Cualquier medida destinada a conservar, restaurar o mejorar el uso o la gestión de los bosques y otros ecosistemas ricos en carbono, aumentando al mismo tiempo el almacenamiento de dióxido de carbono y evitando las emisiones de gases de efecto invernadero, puede considerarse una solución climática “natural”.

En lo que respecta a las soluciones climáticas naturales y los bosques, hay tres elementos a tener en cuenta:

  • proteger los lugares esenciales para el clima
  • restaurar y ampliar la huella de los ecosistemas naturales, para favorecer su funcionamiento
  • mejorar la gestión de las tierras agrícolas.

¡Cuestiones clave a tener en el radar y a difundir para que el público general sepa la importancia que tienen los bosques!

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