Los bosques tropicales del planeta siguen bajo amenaza

Los bosques tropicales cumplen un rol crucial para el equilibrio ecológico del planeta. Pero a pesar de ello, están continuamente expuesto a la deforestación. Actividades humanas como la tala indiscriminada de parte de las industrias forestales o el desmonte para expandir la frontera agropecuaria para la producción de soja, y los incendios forestales provocados por los aumentos de temperatura generados por el cambio climático, amenazan su estabilidad.

Y si bien no se trata de un problema nuevo, se ha ido agudizando desde principios del siglo XX generando la pérdida de enormes extensiones de bosques en todo el mundo. De acuerdo con datos recientemente recopilados por Global Forest Watch, una plataforma web dedicada al monitoreo de bosques a nivel global, durante 2023 se perdieron áreas de selva tropical que equivalen a la superficie total de Singapur, ¡cada semana!

¿Cuáles son las principales causas detrás de la pérdida de bosques tropicales?

Expertos ecologistas de organizaciones como Greenpeace y el Fondo Mundial para la Naturaleza sostienen que los principales motivos por los que existe la deforestación a nivel mundial es la agricultura. Básicamente, las empresas agrícolas buscan reemplazar el espacio ocupado por el bosque tropical con cultivos más lucrativos, como la soja, el caucho o el aceite de palma.  

Bajo esta premisa, y según datos del World Resources Institute (WRI), durante 2023 se deforestaron 3.7 millones de hectáreas de bosques a nivel mundial. Estas prácticas que atentan contra el medioambiente, no solo ponen en peligro a biodiversidad de los bosques, sino que pueden desencadenar una inestabilidad climática irremediable, poniendo en riesgo el bienestar de los seres humanos que habitan el planeta. 

¿Cómo afecta al planeta la deforestación extrema?

La función más conocida, y tal vez una de las más importantes, de los bosques es la de absorber dióxido de carbono y convertirlo en oxígeno. Pero además de actuar como sumideros de carbono y productores de oxígeno, las selvas tropicales contribuyen a regular el clima del planeta, haciendo que la temperatura se mantenga estable y protegiéndolo de los fenómenos extremos como huracanes, incendios forestales e inundaciones. 

También cumplen un rol importantísimo para la seguridad alimentaria de la humanidad, protegiendo los suelos de la erosión y actuando como reservas de agua que previenen las sequías. Pero además, son esenciales para la supervivencia de innumerables especies tanto vegetales como animales, por lo que la conservación de su biodiversidad resulta fundamental para el bienestar del planeta. 

Por estos motivos, es necesario que los gobiernos de todo el mundo cumplan con los objetivos establecidos durante la última Cumbre del Clima celebrada en Glasgow, en 2021. Durante esta conferencia, más de 140 países del planeta se comprometieron a trabajar para poner fin a la deforestación y restaurar los ecosistemas forestales de la Tierra antes de 2030. 

¿Cómo está la situación de los bosques tropicales en el Amazonas brasileño? 

Lamentablemente desde años, Brasil ocupa el primer lugar de la lista de países del mundo con mayor nivel de deforestación. Y si bien ha mostrado un leve progreso durante 2023 (disminuyendo la tasa de deforestación del año anterior en un 36%), la expansión agrícola y ganadera, y los incendios forestales continúan amenazando sus valiosos ecosistemas.

El traspaso del gobierno de Jair Bolsonaro (con quien se habían alcanzado niveles récords de deforestación) a la administración del presidente Lula da Silva, ha permitido implementar políticas de reforestación y reconocer tierras a las comunidades indígenas que han demostrado ser eficientes para combatir la tala indiscriminada. Sin embargo, la aplicación efectiva de las leyes sigue siendo un desafío.

Los casos extremos de Bolivia y Colombia

En la actualidad, Bolivia enfrenta una realidad muy desalentadora. Sus tasas de deforestación han estado en constante aumento en los últimos años, impulsadas por la expansión de la frontera agrícola y los incendios forestales descontrolados. Esta pérdida inusitada de bosques no solo tiene consecuencias terribles para el medioambiente, sino también para los ciudadanos bolivianos, que ven amenazados sus recursos naturales y económicos. 

A diferencia de Brasil y Bolivia, Colombia ha mostrado algunos avances en la reducción de la deforestación. Esto se debe principalmente a políticas centradas en la conservación, la reforestación y la participación de las comunidades locales. Sin embargo, el incremento de las temperaturas provocado por el cambio climático, sobre todo en el verano, ha incrementado la asiduidad de los incendios forestales, poniendo en riesgo la sostenibilidad a largo plazo de los bosques colombianos. 

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