Considerado el granero del Imperio Romano, el valle de la Beqaa es la región más fértil del Líbano: ¿Cuál es su situación y por qué es de importancia clave para la preservación de los espacios verdes del mundo?
Aunque supo ser el granero del Imperio Romano, ell pastoreo excesivo, la erosión del suelo y la deforestación despojaron este paisaje montañoso que supo ser exuberante, de su cubierta arbórea natural, dejando a los pastores y sus animales a merced del abrasador sol de Oriente Próximo.
“Hace mucho calor en verano y no hay sombra donde pueda sentarme o pastar mi rebaño”, explica un pastor local llamado Hussein Janbayn, que posee unas 400 cabras.
Pero en 2021, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en colaboración con la Iniciativa de Reforestación del Líbano, ha trabajado con los municipios locales para poner en marcha un innovador proyecto piloto denominado “Sombra para la vida” en las aldeas de Mdoukha y Khirbet Rouha, en el distrito de Rashaya, en el valle de Beqaa.
“Unos pastos mejores producirán más leche, lo que significa más ventas y, por tanto, más ingresos para mi familia“, dice ahora el pastor.
El objetivo del proyecto es restaurar los paisajes y ecosistemas de las tierras semiáridas, tanto para mejorar y conservar este ecosistema vital como para apoyar a los pastores y su ganado.
El proyecto se ha centrado en plantar grupos de 150 árboles de gran tamaño, como robles, higueras y almendros silvestres, así como especies forrajeras que favorecen la infiltración del agua y apoyan el pastoreo a largo plazo.
“Los árboles recién plantados ayudan a prevenir la erosión, proporcionan más agua y mejoran los manantiales, y nos darán sombra a nosotros y a nuestro rebaño” dice el pastor local.
La cría de ganado en las cordilleras del valle de la Beqaa es un modo de vida que se remonta a tiempos bíblicos. Simboliza el apego de los pastores y los habitantes a su tierra y su cultura.
La ganadería es también un sector económico vital en Líbano, donde los pastores venden de todo, desde carne hasta queso de cabra.
Pero esta práctica ancestral se ha enfrentado a una serie de retos en los últimos años, como la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad y la vulnerabilidad al cambio climático.
El proyecto Sombra para la Vida se financia en el marco del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, dirigido por el PNUMA y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el fin de detener la degradación de los ecosistemas y mejorar los medios de subsistencia de la población, combatir el cambio climático y frenar la pérdida de biodiversidad.
En los grupos se han plantado especies forrajeras o plantas comestibles ideales para alimentar al ganado mediante el método de la bola de semillas, que consiste en añadir una variedad de semillas locales a terrones de tierra y sembrarlas esparciéndolas por el suelo.
Durante la germinación, la propia bola de semillas contiene nutrientes minerales o humus, la materia orgánica oscura que se forma en el suelo al descomponerse la materia vegetal y animal, que ayuda a las semillas a germinar.
Por ejemplo, el humus contiene nutrientes importantes necesarios para el crecimiento de las plantas, incluido el nitrógeno. El humus también proporciona al suelo la estructura y la textura suelta y desmenuzable necesarias para que el oxígeno penetre y llegue a las raíces de las plantas.
Mediante la plantación de especies arbóreas autóctonas, la mejora de la gestión de la tierra, la inversión en capacitación, la concienciación sobre los peligros del pastoreo excesivo y las mejores prácticas de pastoreo, como el pastoreo rotativo, vital para la salud de los pastos, el proyecto de restauración está empezando a dar sus frutos.
Una de las características únicas de este proyecto es que no obstaculiza la productividad de los pastores. Incluso durante la fase de planificación, las zonas de pastoreo siguieron siendo accesibles a los rebaños, con parcelas de entre 25 y 50 metros cuadrados plantadas, regadas y mantenidas por los propios pastores.
Restaurar los pastos: una nueva prioridad para la próxima década
Los pastores desempeñaron un papel clave en el diseño, la planificación y la ejecución satisfactoria de este proyecto. Participaron en la elección de la ubicación de los árboles y recomendaron especies autóctonas como la higuera silvestre, el sauce y el álamo que proporcionarán sombra o frutos.
Este proyecto adoptó un enfoque participativo en el que intervinieron pastores, autoridades locales y organizaciones de la sociedad civil. No sólo ha devuelto la sombra y restaurado los pastos, sino que también ha fomentado la capacidad de las comunidades locales y los pastores, aplicándolos en la conservación del ecosistema restaurado.
Hassan Mahmoud Moussa, un pastor local que cría más de 300 cabras, ve los beneficios del proyecto en términos económicos. “Unos pastos mejores producirán más leche, lo que significa más ventas y, por tanto, más ingresos para mi familia”, explica.
Como en muchas partes del mundo, los pastizales del Líbano se han visto duramente afectados por el aumento de las temperaturas, la reducción de las precipitaciones y la sequía causada o agravada por el cambio climático.
Más del 50% de las tierras áridas del mundo están cubiertas de pastos, arbustos o vegetación rala y resistente, vital para millones de pastores y agricultores. Estos paisajes también almacenan grandes cantidades de carbono, que calienta el planeta.
Sin embargo, la mayoría de los esfuerzos para combatir el cambio climático se centran en los bosques tropicales y a menudo descuidan los pastizales.
A diferencia de los bosques, los pastizales retienen la mayor parte de su carbono bajo tierra, lo que los convierte en un eficaz sumidero de carbono. Y como están muy extendidos por todo el mundo, su potencial de secuestro de carbono es demasiado grande para ignorarlo.
En diciembre de 2022, los países acordaron un pacto transformador para la naturaleza. El Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal aboga por la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo a través de soluciones basadas en la naturaleza como una herramienta eficaz de mitigación del cambio climático que puede reducir significativamente la deforestación y la pérdida de biodiversidad, al tiempo que promueve las economías locales.
El marco mundial para la biodiversidad
El planeta está experimentando un peligroso declive de la naturaleza. Un millón de especies están amenazadas de extinción, los suelos se están volviendo infértiles y las fuentes de agua se están secando.
El Marco Mundial para la Biodiversidad, adoptado por los líderes mundiales en diciembre de 2022, pretende detener e invertir la pérdida de naturaleza para 2030.
Para abordar las causas de la crisis de la naturaleza, el PNUMA está trabajando con sus socios para tomar medidas en los paisajes terrestres y marinos, transformar nuestros sistemas alimentarios y cerrar la brecha de financiación para la naturaleza.
Acerca del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas
El Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030 es un llamamiento para proteger y revitalizar los ecosistemas en todo el mundo, en beneficio de las personas y la naturaleza.
Su objetivo es detener la degradación de los ecosistemas y restaurarlos para alcanzar los objetivos mundiales. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado el Decenio de las Naciones Unidas, dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
El Decenio de las Naciones Unidas está creando un movimiento mundial fuerte y de amplia base para acelerar la restauración y encaminar al mundo hacia un futuro sostenible.
Más de un centenar de organizaciones, desde instituciones mundiales hasta profesionales de la restauración sobre el terreno, se han sumado al esfuerzo.
El objetivo es crear un impulso político a favor de la restauración y poner en marcha miles de iniciativas sobre el terreno.