El cambio climático incrementa los incendios forestales


Un estudio reciente llevado a cabo por expertos de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos) reveló que la ola de incendios forestales que atraviesa el planeta no es solo un problema actual, sino que ya ha ocurrido en otros momentos históricos de cambio climático abrupto.
A través del análisis de núcleos de hielo de la Antártida, los investigadores pudieron rastrear los cambios en el metano de la atmósfera (un gas omnipresente en esta clase de siniestros). Los resultados mostraron que durante aquellos períodos de calentamiento rápido, como los eventos denominados Dansgaard-Oeschger y Heinrich (ocurridos hace más de 10 mil años), tuvieron incendios forestales mucho más frecuentes e intensos, tal como está ocurriendo ahora mismo.
Los científicos explican que los cambios climáticos abruptos alteraron los patrones de lluvia y produjeron aumentos de temperatura que crearon condiciones favorables para los incendios. Pero además de intensificar esta clase de fenómenos naturales, el cambio climático también afecta los ciclos de carbono globales, ya que estos incendios liberan grandes cantidades de dióxido de carbono y metano a la atmósfera.
¿Cómo impacta el cambio climático en los incendios forestales de la actualidad?
De acuerdo con datos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), las temperaturas más altas y las sequías prolongadas que atraviesa ahora mismo el planeta han duplicado el riesgo de que se produzcan incendios en muchas regiones. A este fenómeno se suman las olas de calor, que crean un peligroso círculo vicioso ya que promueven que el fuego se propague más rápidamente.
¿Las consecuencias? La punta del iceberg es la pérdida de bosques. Pero además, cada árbol quemado emite dióxido de carbono, lo que aumentan las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Sin ir más lejos, se estima que los incendios ocurridos en Siberia y el Amazonas en 2021 liberaron más de ¡1.500 millones de toneladas de dióxido de carbono (¡el equivalente a las emisiones anuales combinadas de países como Alemania y Japón!)

Pero además, los incendios tienen un impacto devastador en los ecosistemas y la biodiversidad del planeta, haciendo que especies endémicas pierdan sus hábitats y que los suelos se degraden de tal manera que no sean capaces de regenerarse. En lugares como Australia, por ejemplo, un 30 % de los koalas murió o fue desplazado durante los incendios acontecidos en 2019 y 2020.
¿Por qué los incendios forestales empeoran el cambio climático?
Además de ser una consecuencia del cambio climático, los incendios forestales son una de sus causas. Durante cada incendio, los árboles y la vegetación liberan el carbono almacenado en sus tejidos a la atmósfera. De hecho, según el Instituto de Recursos Mundiales, si la pérdida de árboles provocada por los incendios forestales fuera un país, sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero, solo superado por China y Estados Unidos.
Pero además, cuando los bosques pierden su capacidad de regenerarse, este círculo vicioso se agrava. Esto sucede porque se alteran los ciclos de carbono de la Tierra, que son esenciales para que el clima se mantenga estable. Con el tiempo, este fenómeno intensifica el calentamiento global y hace que eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, se vuelvan mucho más frecuentes.
Aprender del pasado, para no repetirlo
Durante los eventos Dansgaard-Oeschger y Heinrich, el calentamiento del hemisferio norte y los cambios en las corrientes oceánicas causaron sequías prolongadas, que a su vez desencadenaron incendios masivos en todo el mundo. Por este motivo, los expertos buscan que su estudio ayude a anticipar los impactos del cambio climático y a desarrollar estrategias de mitigación más efectivas para los próximos eventos.

Además, miembros de organizaciones ambientalista como Greenpeace esperan que estos datos sirvan para que los líderes mundiales se comprometan a prevenir futuros incendios forestales a través del uso de tecnología (como satélites y drones), y de la implementación de políticas públicas de educación ambiental. Además, es importante generar campañas de reforestación de especies nativas, involucrando a las comunidades locales en la protección de sus bosques.