El 65% de los bosques de América del Sur se encuentran en peligro

De acuerdo con un estudio realizado recientemente por investigadores de la Universidad de San Pablo, más de dos tercios de los bosques de América del Sur se encuentran bajo amenaza. Esta pérdida del patrimonio forestal de Sudamérica es resultado de actividades como la deforestación, el desmonte y los incendios forestales propiciados en su mayoría para extender la barrera agropecuaria o llevar a cabo negocios inmobiliarios en la región.  

Este fenómeno no solo representa la desaparición de los bosques sudamericanos, sino que impacta directamente en la calidad de vida y la sostenibilidad de una zona conocida comúnmente como bosque atlántico (conformada por especies arbóreas que se extienden a lo largo de Brasil, Paraguay y Argentina). 

La importancia de los bosques sudamericanos para la región

De acuerdo con los expertos a cargo de la investigación, la región del bosque atlántico cuenta con cerca de 5 mil especies arbóreas, de las cuales muchas son especies endémicas (es decir, que solo se crecen en esta parte del planeta). Más del 65% de estos bosques han sido víctimas de la tala descontrolada, la expansión agrícola y el sobre desarrollo urbano ocurrido en los últimos 30 años. 

El impacto de este perjuicio no solo se refleja en se siente no solo en la pérdida de la biodiversidad de los bosques de Argentina, Brasil y Paraguay, sino también en sus capacidades para llevar a cabo algunas de sus funciones principales. Por ejemplo, abastecer las fuentes de agua, prevenir inundaciones, producir oxígeno y servir de hábitats para la fauna de estas regiones. 

Una crisis que se extiende mucho más allá de Sudamérica

Lamentablemente, la pérdida sostenida de bosques no es un problema regional. De hecho, los investigadores de la Universidad de San Pablo sugieren que, si se tienen en cuenta todas las especies arbóreas del planeta, los árboles podrían encabezar la lista de especies en peligro de desaparecer. 

Solo en territorio argentino, más de 60 millones de hectáreas se encuentran bajo procesos de deforestación y/o desmonte, o han sido víctimas de incendios forestales (en su mayoría provocados). Para colmo de males, el nuevo DNU dictado por el flamante presidente argentino,  Javier Milei, pareciera desatender por completo los reclamos de organizaciones ambientalistas como Greenpeace ante la falta de políticas concretas que ayuden a revertir esta tendencia. 

La ley Nro 26.331 para la protección de bosques nativos fue sancionada en Argentina hace más de 10 años con el objetivo de preservar la biodiversidad, prevenir desastres naturales y cuidar el agua del país. Las modificaciones planteadas por el nuevo gobierno pretenden hacer oídos sordos a la crisis climática que atraviesa el planeta en pos del desarrollo de grandes empresas agrícolas o de nuevo proyectos inmobiliarios en manos de inescrupulosos a los que solo les interesa seguir llenando sus arcas de dinero, sin pensar en las terribles consecuencias para el medioambiente.  

Especies autóctonas a punto de desaparecer por culpa de la soja

El patrimonio forestal sudamericano tiene 3 grandes enemigos. Por un lado, el calentamiento global generado por el uso indiscriminado de combustibles fósiles y los gases contaminantes que estos producen. En segundo lugar, por la degradación del suelo provocada por la sobreexplotación agrícola (en especial para el cultivo de soja). Y finalmente, por la deforestación para expandir la barrera agropecuaria para nuevos cultivos de estos granos. 

Se calcula que, en los últimos 75 años, la superficie forestal argentina se ha reducido en un 66 por ciento. Esto ha afectado de forma irreversible a especies endémicas emblemáticas de la región, como el quebracho colorado, que hoy en día se encuentra virtualmente al borde de la desaparición. 

¿Qué se puede hacer para salvar el bosque atlántico?

En primer lugar, es esencial fortalecer la aplicación de la ley de bosques de Argentina y de otras normas similares en Brasil y Paraguay. Esto implica garantizar que los organismos responsables de su correcta aplicación cuenten con herramientas de control adecuadas para proteger las áreas forestales amenazadas. 

Pero además, es importante que los gobiernos de estos países promuevan prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medioambiente, que eviten la sobreexplotación del suelo y limiten la expansión descontrolada de cultivos como la soja. Asimismo, es necesario que la sociedad se involucre en la protección de los bosques, promoviendo la educación ambiental y concientizando a las personas sobre la importancia de estos ecosistemas para su futuro y el de las próximas generaciones de Sudamérica y el resto del mundo.

Contactenos

Para contactarnos rellena el siguiente formulario

Error: Formulario de contacto no encontrado.