Cambio climático: ¿cómo está afectando a la Patagonia? 

Bosque patagónico incendiado de noche con llamas y humo anaranjado iluminando las siluetas de los árboles calcinados.

El cambio climático está modificando los patrones meteorológicos en todo el planeta. Y la Patagonia argentina no es la excepción. Las sequías, las tormentas eléctricas y los incendios forestales se han vuelto cada vez más frecuentes y están transformando los paisajes y poniendo en riesgo a toda la biodiversidad patagónica. 

Recientemente, diversos focos de incendio en El Bolsón y el Área Natural Protegida Río Azul Lago Escondido (ANPRALE) dejaron como resultado casi 4 mil hectáreas quemadas. Los científicos y miembros de organizaciones ambientalistas como Greenpeace Argentina temen por la creciente vulnerabilidad de los bosques patagónicos ante las nuevas condiciones climáticas. 

Un grupo de expertos del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA) y de la Universidad Nacional del Comahue han advertido que los árboles que crecen en estas zonas suelen hacerlo en condiciones frías y húmedas. En cambio, ahora deben hacerlo bajo sequías prolongadas e incendios recurrentes. 

El cambio climático está transformando el entorno de los bosques patagónicos 

A medida que las sequías se intensifican en la Patagonia, árboles como los coihues, los alerces y las lengas comienzan a padecer el estrés hídrico. Estos bosques necesitan suelos húmedos para sobrevivir, pero la reducción de las lluvias, sumada a un aumento sostenido de la temperatura está debilitando a estas especies, volviéndolas mucho más vulnerables a padecer plagas y enfermedades. 

Sin ir más lejos, durante la última “gran sequía” ocurrida en el año 1999, se produjo una pérdida masiva de coihues en la cuenca del lago Gutiérrez. Pero ahora, esta clase de eventos se está repitiendo con mayor frecuencia. ¿Las especies más afectadas? Las de crecimiento lento, que dependen de largos ciclos de esparcimiento de semillas para recuperarse tras un incendio. 

Tormentas eléctricas: una nueva amenaza

Hasta hace poco, las tormentas eléctricas con rayos eran fenómenos muy raros en la cordillera patagónica. Hoy, en cambio, son una de las causas más frecuentes detrás de los incendios forestales. Los expertos consideran que la nueva cantidad de rayos está relacionada con el desplazamiento de masas de aire cálidas y húmedas desde el este, como resultado del calentamiento global.

Estos nuevos patrones meteorológicos no solo han modificado la periodicidad de las lluvias, sino que han aumentado la frecuencia en la que se producen fenómenos climáticos extremos. Además de iniciar incendios, los rayos pueden dañar directamente a los árboles, generando huecos en el dosel del bosque y facilitando la propagación del fuego. 

Incendios provocados por seres humanos: un factor que podría prevenirse

Si bien en la actualidad existen muchas condiciones climáticas que no pueden controlarse, hay una que es prevenible: el  factor humano. Entre los últimos incendios registrados en la región patagónica, uno de los más nocivos fue originado por un fogón mal apagado. Lamentablemente, esta clase de negligencia se repite año tras año.

Las razones detrás de este problema son la expansión del turismo, la urbanización y las actividades recreativas sin control, que han hecho que muchas zonas estén al borde del colapso. Muchos turistas encienden fuegos en áreas no autorizadas, o arrojan colillas de cigarrillo en zonas secas. Y una vez iniciados, los incendios suelen consumir cientos de hectáreas en unas pocas horas.

Por este motivo es necesario que el gobierno promueva una mayor responsabilidad social entre los ciudadanos, además de fomentar la educación ambiental y brindar mayor presupuesto a los Parques Nacionales para que los controles puedan ser más estrictos. 

¿Cómo proteger los bosques patagónicos a largo plazo? 

La única manera de hacer frente a este escenario, es a través de políticas de conservación de los bosques andino-patagónicos a largo plazo. Estas deberían incluir mayores recursos y personal capacitado para realizar acciones de emergencia cuando se producen los incendios. Pero también es necesario monitorear el clima y llevar a cabo una mejor planificación territorial para adaptarse a los efectos del cambio climático. 

Por otro lado, es necesario que restauración de los bosques quemados no dependa solo de los procesos naturales. Es necesario que haya una intervención humana con técnicas de restauración ecológica, que incluyan la reintroducción de especies nativas, la protección del suelo erosionado y la creación de corredores biológicos que conecten fragmentos de bosque. Solo así será posible conservar estos ecosistemas tan valiosos. 

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