Incendios y sequía, un desafío continuo en argentina
La provincia de Córdoba, Argentina, enfrenta una ardua batalla contra los incendios forestales, un 95% de los cuales, según las autoridades locales, se originan por actividades humanas, especialmente la quema de pastos para fines agrícolas. Esta situación ha desencadenado evacuaciones y la preocupación constante de protección civil en la región. Zonas como el Valle de Punilla, famoso por su atractivo turístico, han sido duramente afectadas. El Gobierno municipal de Villa Carlos Paz tuvo que desalojar a cerca de 30 familias y reubicarlas en albergues temporales, mientras que las condiciones climáticas, aunque favorables en las últimas horas, siguen representando un desafío para el control del fuego.
El Secretario de Gestión de Riesgo Climático, Catástrofes y Protección Civil de Córdoba, Claudio Vignetta, informó sobre los esfuerzos para controlar estos incendios, destacando que las precipitaciones en la zona han sido de ayuda para reducir los focos activos. A pesar de haber contenido un incendio grave en El Fantasio, persisten desafíos con su perímetro inestable y focos en la zona sur de Punilla. La provincia de Tulumba, ubicada a 150 kilómetros de Córdoba, también se encuentra en alerta por incendios activos, al igual que otras demarcaciones como Jujuy, Tucumán, Catamarca y San Luis, donde la intensidad del viento dificulta los esfuerzos de contención.
Sequía, incendios y estragos
A finales del año pasado, la ONU identificó una sequía extrema en Argentina, Uruguay y Chile, con una precipitación que fue menos de la mitad del promedio histórico durante los últimos cuatro meses de 2022. Este fenómeno, aunque no es exclusivamente atribuido al cambio climático, se ha visto exacerbado por el aumento de temperaturas en la región, lo que ha reducido la disponibilidad de agua.
El análisis de World Weather Attribution señaló que, si bien el cambio climático no es el único responsable de la disminución de la precipitación, ha contribuido al aumento de temperaturas que, a su vez, han impactado en la cantidad de agua disponible. La relación entre el cambio climático y los eventos extremos, como la sequía, se ha observado también en otras partes del mundo, como Europa y Estados Unidos, donde se han registrado altas temperaturas y situaciones de sequía, incidiendo en la crisis climática y ambiental global.
Consecuencias desastrosas
Las consecuencias de estos eventos climáticos extremos son alarmantes: desde la pérdida de ecosistemas y especies hasta afectaciones en la salud de las personas. Además, se proyectan impactos económicos considerables a nivel mundial, con reducciones estimadas en las horas de trabajo y pérdidas significativas en el PIB global para el año 2030 debido al estrés térmico y a los eventos climáticos extremos. En tal sentido, la lucha de los ambientalistas, sea ya a través de organizaciones como Greenpeace, o de manera individual, está alertando al mundo sobre la necesidad de actuar ahora mismo. El compromiso debe ser atendido por todos y cada uno de los actores sociales.
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