El desarrollo humano, principal factor de extinción de los grandes depredadores

Interacción entre Desarrollo Socioeconómico y Declive de Grandes Carnívoros

La repentina desaparición de grandes carnívoros en los últimos 50 años se ha asociado durante mucho tiempo a la pérdida de hábitats y al cambio climático. Un nuevo estudio revela que, aunque estos factores tienen un impacto significativo en los ecosistemas, el principal factor de su desaparición puede ser, en cambio, el rápido desarrollo social y económico de nuestras sociedades.

El rápido crecimiento demográfico ha provocado un solapamiento entre las actividades humanas y las zonas de vida de grandes mamíferos carnívoros como osos, linces, hienas, lobos y leones. 

Los cambios en el uso del suelo, la expansión urbana, la protección del ganado, el comercio de pieles… Son muchos los conflictos entre humanos y animales, y generalmente son en perjuicio de los animales, a veces a costa de la propia supervivencia de la especie.

Y sin embargo, preservar la diversidad y abundancia de la flora y fauna locales, ser un elemento clave en la dieta de los carroñeros, controlar plagas y enfermedades, mantener la morfología de los cursos de agua y los cultivos agrícolas, ayudar a almacenar carbono… La presencia de grandes carnívoros es esencial para mantener un ecosistema sano y funcional.

Pero las razones exactas del declive de estas poblaciones de grandes carnívoros son difíciles de precisar. 

Aunque la pérdida de hábitats y el cambio climático se consideran desde hace tiempo las principales causas de la desaparición de los grandes carnívoros, un nuevo estudio publicado en Nature Communications añade una nueva variable a la ecuación. 

El rápido y brutal desarrollo socioeconómico de las sociedades bien podría ser la causa principal del declive de estas especies en los últimos 50 años.

Múltiples amenazas para los grandes depredadores

El equilibrio de los ecosistemas es frágil. Cualquier perturbación violenta puede transformar de forma permanente la estructura y el funcionamiento de un espacio natural.

Hoy en día, la inmensa mayoría de los ecosistemas se ven afectados por la actividad humana.

Para proteger este precario equilibrio, las políticas de protección y conservación deben adaptarse a las necesidades de la zona, lo que implica comprender los factores que explican el declive de las poblaciones. Con esta idea en mente, los científicos estudiaron la evolución de unas cincuenta especies (Canidae, Felidae, Hyaenidae y Ursidae) presentes en 80 países desde 1970 hasta la actualidad.

El primer factor explorado por los investigadores se refiere a la destrucción del hábitat. En su simulación, la pérdida del hábitat primario provocó, como era de esperar, un descenso inmediato de las poblaciones presentes.

En cuanto al segundo factor, el cambio climático, las observaciones fueron inicialmente contraintuitivas.

El calentamiento global permitió a los grandes carnívoros prosperar, pero sólo en zonas naturales protegidas.

Más extraño aún, la sequía ha facilitado la reproducción de los individuos en las zonas controladas.

Los autores del estudio explican este fenómeno por un mecanismo bastante sencillo. La sequía debilita a las presas. Esto facilita que los depredadores las capturen, proporcionándoles abundante alimento.

Pero no se equivoquen.

Estos efectos beneficiosos pronto alcanzarán una fase de contraproducencia. El calentamiento global, la sequía y los fenómenos meteorológicos extremos ya están contribuyendo a la extinción de ciertas especies (mamíferos, aves, insectos) y perturbando toda la cadena alimentaria.

Esta perturbación se intensificará en las próximas décadas a medida que empeoren los efectos del calentamiento global. 

Pero si echamos la vista atrás a los últimos 50 años, no es ninguno de estos factores el que ha tenido el mayor impacto sobre estos grandes mamíferos. Los científicos creen que es el rápido desarrollo socioeconómico de las sociedades lo que más ha influido en la desaparición de los grandes carnívoros.

El desarrollo socioeconómico, principal amenaza para los carnívoros

Los investigadores utilizaron el Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que se basa en el PIB per cápita, la esperanza de vida al nacer y el nivel de educación de los niños mayores de 17 años, entre otros factores.

Cuanto más rápido aumenta el IDH, más violenta y brutal es la desaparición de los grandes carnívoros.

Durante un periodo de rápido desarrollo socioeconómico, las sociedades parecen ser menos tolerantes con los carnívoros”, explica Thomas F. Johnson, uno de los autores del estudio, en un comunicado de prensa, “estallan los conflictos y suponemos que también aumentan los actos de caza furtiva.

Esta violencia está desapareciendo gradualmente a medida que las poblaciones humanas se enriquecen y el crecimiento se ralentiza.

Las razones para matar a estos animales son cada vez más raras y menos importantes, y al mismo tiempo se emplean más recursos para proteger o reintegrar a las especies amenazadas.

Una observación que está resultando acertada en los países que se encuentran en las últimas fases de su desarrollo.

En zonas protegidas o no, la mayoría de las especies endémicas amenazadas están reapareciendo, como en Europa con el oso pardo y el lince, o en la India con los tigres.

En Francia, el lobo, carnívoro emblemático, desapareció en el siglo XX debido a la pérdida de hábitat y la caza, antes de reaparecer en los años noventa.

Ahora en aumento, todavía hay menos de 650 ejemplares en el país, según estimaciones de la red Loup-Lynx.

Por el momento, sólo el continente africano no ha registrado esta tendencia de crecimiento de la población.

A pesar de su lento crecimiento, las poblaciones de carnívoros han disminuido considerablemente.

El sistema colonial, que provocó la muerte de muchas especies en pocas décadas, puede tener parte de culpa.

Preservar la biodiversidad a toda costa

Preservar a los carnívoros no es sólo un acto simbólico o moral; estas especies desempeñan un papel central en el equilibrio de los ecosistemas.

Al preservar la diversidad y abundancia de la flora y fauna locales, proporcionar una fuente vital de alimento para los carroñeros, controlar plagas y enfermedades, mantener la morfología de los cursos de agua y los cultivos agrícolas y ayudar a almacenar carbono, la presencia de grandes carnívoros es esencial para mantener un ecosistema sano y funcional.

Esta investigación ofrece un nuevo dilema en la preservación de los ecosistemas en el sentido más amplio.

Los países desarrollados no pueden negarse al desarrollo de los Estados más pobres en nombre de la protección de la biodiversidad, pero el bienestar de los ecosistemas es esencial para un desarrollo coherente con los imperativos medioambientales y sociales. 

Para el autor del estudio, el apoyo financiero de los países más prósperos podría ser un medio eficaz para alcanzar este triple objetivo moral, social y medioambiental.

Se trata de una necesidad que los países en desarrollo reclaman desde hace tiempo y que fue uno de los puntos principales de las negociaciones de la COP15 sobre diversidad biológica, celebrada en Montreal en diciembre de 2022.

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