El agua es clave: un estudio demuestra que es posible restaurar turbas tropicales drenadas

Un estudio a largo plazo de una antigua plantación de madera para celulosa en Indonesia muestra que la re humidificación de turberas tropicales desecadas para la agricultura puede conducir a la recuperación del ecosistema autóctono.

Los bosques y áreas verdes y el agua son dos elementos de un mismo tema, el reverso y el derecho de una moneda de algún modo. 

Los investigadores que estudiaron la parcela de 4.800 hectáreas retirada en 2015 y descubrieron que el nivel freático había aumentado, las emisiones de carbono del suelo habían disminuido y los árboles autóctonos estaban brotando y sustituyendo a las acacias plantadas para la fabricación de pasta de papel.

Atribuyeron estos resultados a los esfuerzos de APP por re humedecer la turba bloqueando los canales excavados anteriormente para drenar el suelo anegado.

Los resultados sugieren que varios millones de hectáreas de turberas en condiciones similares pueden restaurarse de este modo, en caso de que los propietarios de las plantaciones se propongan restaurar los bosques en partes o en la totalidad de sus turberas.

Gigante forestal y un caso para mirar de cerca

En 2015, el gigante forestal indonesio Asia Pulp & Paper anunció que retiraría miles de hectáreas de su plantación maderera comercial en Sumatra, con el objetivo último de restaurar la tierra y convertirla de nuevo en el pantano de turba tropical que una vez fue.

El ambicioso proyecto supuso un cambio notable en las prácticas de gestión forestal de este grupo que había sido muy criticada en el pasado por drenar y talar grandes extensiones de bosques de turba ricos en carbono para plantar las acacias con las que se fabrican el papel, los envases y muchos otros productos de consumo.

El principal objetivo de ellos era re humedecer el terreno: la empresa había excavado canales por todo el paisaje de turba para drenar el suelo anegado. Ahora tenía que hacer lo contrario, bloquear esos mismos canales para que la tierra volviera a retener el agua.

Y parece que ha funcionado, según un estudio recién publicado en la revista Scientific Reports. Casi una década después del inicio de la rehumectación, las emisiones de carbono del suelo han disminuido, mientras que los árboles autóctonos han brotado, escribe el grupo internacional de científicos responsables del estudio.

Se demostró que la restauración mediante el bloqueo de los canales ha conducido a un aumento duradero del nivel freático y a una recuperación inicial de la antigua cubierta vegetal mediante el restablecimiento de especies arbóreas autóctonas de bosque palustre de turba.

Y desde el grupo aseguraron que, una vez bloqueados los canales, la naturaleza apenas necesitó ayuda humana: Las únicas intervenciones activas son el bloqueo de los canales para una rehumectación moderada que evite la inundación siempre que sea posible,la eliminación local limitada de la cubierta arbórea alóctona existente, y posiblemente la plantación enriquecedora de especies en zonas alejadas de los bosques remanentes.

Más agua y árboles, menos emisiones

Los investigadores supervisaron durante siete años y medio la zona de restauración, que abarca 4.800 hectáreas en la provincia indonesia de Sumatra Meridional. 

Como parte de la retirada de APP de la zona, la empresa construyó 257 presas de turba para bloquear los canales.

¿El resultado? El nivel freático subió 30 centímetros, mientras que el índice de hundimiento del terreno -el hundimiento de la capa esponjosa de turba como consecuencia del drenaje- se redujo de un máximo de 7 cm al año a unos 1,5 cm al año.

Y dado que la descomposición de la turba libera emisiones de carbono, los investigadores calcularon que la reducción de la tasa de hundimiento de la superficie de la turba se tradujo en una disminución de las emisiones de carbono de entre 6,4 y 23,6 toneladas métricas por hectárea y año.

Los investigadores también descubrieron que 57 especies arbóreas autóctonas habían crecido espontáneamente en las condiciones más re humedecidas y en altas densidades. 

Y en la mitad de las zonas restauradas ya no había acacias, lo que indica que, incluso sin plantación de árboles por el hombre, el bosque está volviendo a crecer. 

Las especies arbóreas autóctonas parecen adaptarse bien al aumento del nivel freático y están preparadas para sustituir a las acacias que no crecen bien en las turberas húmedas.

El reclutamiento de árboles autóctonos y el rebrote del bosque, así como el ajuste de la superficie de la turba por hundimiento y el desarrollo de la vegetación del canal para completar el proceso de bloqueo, se producirán espontáneamente tras la intervención inicial de rehumectación, dijeron los investigadores. Lo que trae una luz de esperanza para replicar este caso en otras áreas verdes. 

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