Qué es el Reglamento Europeo contra la Deforestación 

La Unión Europea puso en marcha un reglamento contra la deforestación que tiene impacto en el comercio internacional. Los principales puntos de esta normativa y los casos más relevantes a los que alcanza y condiciona.

El Reglamento Europeo contra la Deforestación es un acuerdo establecido por los países que forman parte de la Unión Europea. También conocido como EUDR, en este documento se establecen las normas para comercializar productos en un contexto de cuidado del medio ambiente. 

Dicho en otras palabras, los países que componen la confederación acordaron cuáles deben ser las características de los productos que compran. Más aún, que tipo de procesos deben cumplir las empresas que los venden y que tipo de pautas tienen que seguir para evitar la contaminación y la depredación de los ecosistemas. 

Entre los rubros que alcanza el Reglamento europeo contra la Deforestación se encuentran los cultivos como el cacao, la soja y el café. También aplica a la ganadería y a manufacturas como la madera y el aceite. 

Lo real es que la directiva estuvo en conversaciones durante tres años ya que en 2022 fue aprobada. Luego de varias controversias y debates sobre su implementación, finalmente, este documento entró en vigencia el primer día del 2025.

Pero ¿Cuál es el propósito real del Reglamento europeo contra la Deforestación? Lo que sucede es que las naciones que conforman la Unión Europea tienen especial interés en el cumplimento de las metas trazadas en el Acuerdo de París del año 2030

Sin embargo, para que estos objetivos logren su alcance, se necesita cierta congruencia, entre las propuestas y los hechos reales. En ese contexto, se intenta combatir la deforestación en el mundo impulsando a que las empresas ejecuten sus planes de comercio exterior sí y sólo sí están libres de acciones de desmonte. 

Los principales puntos del Reglamento Europeo contra la Deforestación

La idea del Reglamento europeo contra la Deforestación es evitar la depredación indiscriminada de bosques. Como las principales acciones de desmonte las realizan las industrias, entonces, de alguna manera, se las incentiva a que dejen de hacerlo. 

La forma que encontró la Unión Europea para estimular el cuidado del medio ambiente es que las compañías deban cumplir reglas estrictas para poder exportar a sus países. Entre las condiciones, estas son las principales:

  • Se clasifica a los países según el grado de deforestación de sus territorios que puede ser alto, bajo o estándar. Cada uno de estos tres niveles tendrá su propio procedimiento con más o menos restricciones según el caso. 
  • Cada agente exportador está obligado a demostrar que sus productos no fueron producidos mediante procesos que requirieron deforestación. Para ello, deben ofrecer información de todos los procedimientos. Desde luego, esto incluye la geolocalización precisa de los espacios productivos. 
  • Los productos que se determinen como asociados a la deforestación quedan terminantemente prohibidos para ser importados en todo el territorio de la Unión Europea
  • El sistema de sanciones incluye las multas, confiscación de mercadería, suspensión de la posibilidad de intercambio comercial y ordenanzas de saneamiento de espacios naturales. De todos modos, cada caso es subjetivo según el nivel en el que se encuentre el país de origen de quien recibe la pena. 

Todos estos puntos tienen como destino final generar un círculo virtuoso: Si quienes compran ponen las reglas, entonces quienes venden las cumplirán para poder obtener el negocio y las ganancias. 

Con este protocolo la Unión Europea asegura que sus socios comerciales iniciarán una cultura de prácticas sostenibles que no impactarán en el ambiente. Sin embargo, desde muchas regiones del mundo se iniciaron críticas y cuestionamientos. 

Uno de los sectores que más interpeló al Reglamento europeo contra la Deforestación es el que produce y exporta soja. En este caso, la inquietud tiene que ver con que no hay coherencia entre la cantidad que consume Europa y la cantidad que es posible cosechar con las nuevas normativas. 

En resumidas cuentas, los sojeros plantean que la propuesta es inviable. Para empezar, resulta inaplicable para uno de los commodities más relevantes del comercio internacional. 

Lo cierto es que Reglamento europeo contra la Deforestación lleva muy pocos días en vigencia después de mucho tiempo de discusiones. Es más que seguro que durante el transcurso del 2025 se verán los detalles que se necesitan ajustar de este ordenamiento. 

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