Neuquén y El Bolsón, los incendios forestales argentinos sin control

Los incendios forestales argentinos avanzan y en algunos puntos del país la situación parece cada vez más complicada. En Neuquén informan daños irrecuperables y en El Bolsón las poblaciones huyen del fuego. Mientras tanto, el viento como enemigo en común.
Desde finales del año 2024, y durante todo lo que lleva el 2025, los incendios forestales argentinos son noticia. No sólo no disminuyeron su intensidad, sino que se renovaron los focos con nuevos puntos de peligro.
Más allá de las pérdidas en biodiversidad las cuales son muy graves y llevarán mucho tiempo de recuperación, los daños a las comunidades son más que severos.
En el caso de El Bolsón las evacuaciones pasaron de ser voluntarias a ser de fuerza mayor en un contexto en el cual muchísimos pobladores pierden sus pertenencias. En el caso de Neuquén ya fue denominado como el peor episodio de su historia.
En ambos casos hay un denominador en común que complicó y mucho las cosas: el viento. Más allá de las condiciones adversas de altas temperaturas a causa del cambio climático, una vez iniciado el fuego, las ráfagas han generado cuadros con un nivel de drama cinematográfico.
Otro tema a destacar es la labor de los bomberos. En los dos puntos geográficos, al igual que sucede en todas las provincias de Argentina, las brigadas contra los incendios demuestran ser de una importancia cuantiosa.

Mientras en otros parajes cercanos a los sitios más afectados se extreman las medidas de prevención para que las llamas no se extiendan, la crisis no tiene perspectiva de mejorar.
Por todo esto, se trata del cuadro de incendios forestales argentinos más intenso del que se tenga recuerdo alguna vez.
Neuquén, un capítulo inédito en los incendios forestales argentinos
Según los especialistas, los incendios son graves y lo ocurrido no tiene precedentes en la historia de la provincia.
Los reportes oficiales de Neuquén indican que ya hay más de 15 mil hectáreas incendiadas. La particularidad es que más de la mitad de esa cantidad se consumió solo en un día.
El principal factor de complejidad es el viento que no cesa y se intensifica. Además de avivar las llamas este condicionante meteorológico está siendo un gran obstáculo para las operaciones aéreas.
Según han informado desde el lugar, a causa del viento no pueden despegar los helicópteros y quedan anuladas las posibilidades de las aeronaves hidrantes.
Cabe mencionar que el fuego comenzó la última semana de enero en el Parque Nacional Lanín y lleva más de 10 días de continuidad y avance ininterrumpido.

Tanto desde el gobierno neuquino como desde las autoridades de los parques nacionales sostienen que el daño de ese episodio en particular es irreparable.
Por este motivo, todo el personal de la provincia está abocado a combatir el fuego. Esto significa que más de 200 brigadistas trabajan sin descanso, pero, además, se sumaron efectivos desde otras provincias como Córdoba, La Pampa y Santa Fe.
En total el operativo cuenta con un equipo ampliado de 600 personas más todo el equipamiento en el cual se cuentan cargadoras, motoniveladoras y topadores. En el caso de los nueve aviones y el helicóptero a disposición, lamentablemente todos se encuentran en espera que el viento se detenga para entrar en acción.
El Bolsón, pérdidas naturales y daños sociales
Mientras circulan noticias de confusos episodios en los cuales las autoridades de Río Negro intentan dar con los responsables de los incendios, la situación empeora.
Por cierto, las informaciones oficiales no son para nada tranquilizadoras ya que desde el gobierno provincial comunicaron que los fuegos están totalmente fuera de control.
Con más de 700 hogares evacuados y más de 120 domicilios incinerados las comunidades comenzaron a organizarse en un sistema solidario de ayuda cooperativa. Además, se registró un muerto a causa de los incendios forestales y la cantidad de hectáreas quemadas llegan a las 4 mil.
Lo cierto es que desde el 31 de enero en adelante el fuego avanzó por la comarca andina. Las zonas como Cascada Escondida, Las Perlas del Azul y Mallín Ahogado fueron las más damnificadas.
Mientras tanto, todos los recursos provinciales no fueron suficientes y, al igual que en el caso de Neuquén, el viento fue un agravante trascendental.

Por lo pronto, los daños en la vegetación y la biodiversidad son descomunales. Con un poder del fuego sin igual, este acontecimiento de El Bolsón es en el inicio de 2025 una alarma enorme en las discusiones por los incendios forestales argentinos.