Las tormentas amenazan los bosques y la neutralidad del carbono

Las tormentas podrían reducir en un 24% la capacidad de los bosques para capturar carbono, dificultando así el objetivo de cada uno de los países con respecto a la neutralidad en carbono para el 2030 y el 2050. 

Los bosques son los pulmones del planeta, sí, pero en la trayectoria hacia la neutralidad en carbono, los fenómenos extremos, y las tormentas en particular, no se tienen muy en cuenta. 

Nuevos estudios sobre los bosques

Los investigadores estudiaron el impacto de las tormentas en los bosques franceses, un país pionero en materia de objetivos para detener la crisis climática. 

Los resultados de su investigación se publicaron en la revista Environmental Research Letters. Y los resultados son alarmantes. 

Además de las repercusiones económicas para el sector forestal, las tormentas tienen un gran impacto en los sumideros de carbono del sector forestal, lo que aumenta el riesgo de no cumplir los objetivos de mitigación del cambio climático, señalan los investigadores.  

En una cuarta parte de las 300 simulaciones realizadas hasta 2050, los investigadores observaron una reducción del 24% en el secuestro de carbono. Los daños se deben principalmente a las tormentas extremas, que son fenómenos poco frecuentes, pero que tienen consecuencias importantes, explican.

Las tormentas, un obstáculo para la neutralidad del carbono

El sector forestal ocupa un lugar especial en la estrategia francesa de bajas emisiones de carbono. 

Si queremos vivir en un mundo sostenible, primero tenemos que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero también tenemos que ser capaces de absorber y luego secuestrar las emisiones residuales de las actividades humanas. Para alcanzar la neutralidad en carbono, el país necesita duplicar la capacidad de sus sumideros de carbono. 

El sector forestal, gracias a los árboles, los suelos y los bienes que produce (muebles,

 edificios, etc.), debe contribuir con dos tercios del esfuerzo y absorber al menos 55 millones de toneladas de CO2 cada año.

Sin embargo, un informe publicado en junio de 2023 dice que los sumideros de carbono están desapareciendo. 

Cada año, los bosques se ven afectados por diversas perturbaciones humanas y naturales (mala gestión, incendios forestales, sequía, enfermedades y especies invasoras) que destruyen los árboles o dañan su salud. 

Según un estudio de 2023, las tormentas son responsables de casi la mitad (46%) de los daños registrados en los bosques europeos entre 1951 y 2020, por delante de los incendios forestales (24%) y los escarabajos de la corteza (17%), un insecto depredador. El impacto de las tormentas en el balance de carbono es entre 5 y 10 veces superior al de los incendios forestales.

Sin embargo, como señalan los investigadores, su estudio omite numerosos factores y «probablemente subestima el impacto real en los bosques». No tiene en cuenta otras formas de perturbación, «por ejemplo, la susceptibilidad a los agentes patógenos, que aumenta después de las tormentas», ni las consecuencias aún inciertas del cambio climático sobre la intensidad de las tormentas. 

Un gran impacto económico en el sector forestal

Más allá de su impacto medioambiental, los efectos de estas tormentas, exacerbados por el cambio climático, también tienen un impacto económico. Los bosques cubren actualmente un tercio de la zona metropolitana, de los cuales 3/4 son de propiedad privada. Cada año se talan 40 Mm3 de madera, y el sector forestal genera 416.000 empleos directos y un valor añadido de 27.600 millones de dólares, señala el estudio. 

No todas las regiones se verán afectadas en la misma medida: es probable que los propietarios forestales no afectados por estos fenómenos se beneficien de precios más altos de la madera, mientras que la recuperación económica de los propietarios afectados dependerá de la magnitud de los daños causados por las tormentas, que a su vez varía según las regiones afectadas. Por ejemplo, es probable que los bosques de Auvernia y Lemosín se vean especialmente afectados por los violentos vientos.

Para ayudar a estas regiones y a los propietarios forestales más afectados, los investigadores instan a los responsables públicos a estudiar la implantación de un sistema de seguros mancomunados entre propietarios forestales de zonas afectadas y no afectadas. 

En algunos casos, los propietarios forestales podrían no tener interés en participar en este tipo de mecanismo», explican los investigadores, sin embargo, la incertidumbre en torno a la localización e intensidad de las tormentas es alta, y es probable que las tormentas extremas sean cada vez más frecuentes.

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