Las comunidades indígenas de Bolivia que vigilan la Amazonía de la caza y deforestación

Vista aérea de una cascada y un arroyo rodeados por la exuberante vegetación de la selva amazónica en Bolivia.

Cómo se organizaron las poblaciones de la Amazonía boliviana para cuidar sus recursos. Cuáles son los peligros que acechan esta región y cómo se conforman los grupos de control locales. 

Para proteger la Amazonía de invasiones que llegaban a sus tierras para extraer madera y para cazar animales las comunidades bolivianas tomaron drásticas decisiones. 

El sector se llama Territorio Indígena Multiétnico, resumido como TIM que representa a la población de la región frente a los ataques externos. 

Estos grupos conformaron puestos de control que, con la ayuda de la tecnología, comenzaron operativos anti ataques exteriores. 

Los motivos por los cuales surgió la iniciativa tienen que ver con reiterados episodios de captura ilegal de animales autóctonos y deforestación en los bosques nativos. 

De esta manera se proveyeron de dispositivos satelitales, paneles solares para abastecer la zona y sistemas de comunicación por radio. A esto se le agrega la instalación de conexión de internet para tomar contacto entre ellos.  

De este modo, desde comienzos del año 2024 la logística y la dinámica de TIM cambió y se implementó una vigilancia permanente. Una de las primeras cuestiones que pusieron en relieve los pobladores fue que las intrusiones sucedían gracias a la colaboración de sus propios co terréanos. Esto significa que personas oriundas de la Amazonía boliviana ayudaban a extraños a depredar sus recursos.

Así las cosas, un total de 28 conjuntos de habitantes modificaron sus rutinas para defender a la biodiversidad. Para ello, dividieron el territorio en 4 espacios bien definidos con posiciones fijas. 

Los líderes indígenas aseguran que estos sistemas son ancestrales y que sus antepasados ya los ponían en práctica para resguardar lo propio. Por esta razón, no les pareció extraño renovarlos en la actualidad con fines económicos, pero también ambientales. 

En otro orden de cosas, se trata de evitar acciones ilegales que en un punto geográfico tan alejado y hostil como lo es la Amazonía sería muy difícil de erradicar.

Las comunidades indígenas que vigilan la Amazonía y sus necesidades

Esta historia invita a un interrogante: ¿Cómo son las poblaciones ocupan la Amazonía boliviana y qué es lo que los motiva a defender con tanto apego sus tierras?

Lo primero que hay que comprender es la forma socio-política de TIM. Esta comunidad desde el año 2022 decidió gestionar un Gobierno Indígena Autónomo compuesto por 5 pueblos con culturas y composiciones similares. 

Mediante un formato de asambleas que incluyen la figura tradicional del cacique, desde ese momento, obtuvieron la posesión de los terrenos. Además, por supuesto, recibieron autonomía para tomar las resoluciones de las formas de vida que ellos dispusieran. 

Este caso de autogestión indígena fue el primero en la Amazonía y el quinto en Bolivia. Esto fue posible gracias a la incorporación de los derechos originarios a la constitución del país en 2009.

El perímetro en cuestión se ubica en el mapa en el departamento de Beni, a unos 14 kilómetros del camino que está entre San Ignacio Mojos y Borja. A partir de ahí, se extiende al sur y limita con un Parque Nacional llamado Isiboro

Este espacio es una zona protegida y es una de las más extensas en todo Bolivia. Por esta razón, también era llamativo que TIM tuviese intromisiones siendo lindero de un área tan resguardada. 

En cuanto a la extensión se calcula que son más de 640 hectáreas de las cuales un diez por ciento fue arrasado por el desmonte ilegal solo en el año 2024. En el relevamiento previo a la nueva organización se verificó que la región sur fue la más afectada. 

También los pobladores pudieron detectar los móviles de los ilícitos. Ocurre que en toda la región hay gran avance de los productores cocaleros los cuales, a como dé lugar, buscan espacios fértiles para asentar nuevos cultivos, incluso cuando no es viable. 

En relación a la madera, las autoridades de TIM denunciaron públicamente que son prácticas comunes entre las empresas productoras. De este modo, sostienen que sin su intervención esto que ya era habitual continuaría sucediendo sin ningún tipo de control. 

No es el primer caso en el cual el compromiso de pueblos originarios se constituye en una solución ambiental. Por esta razón, es fundamental reconocerles sus derechos y potestades, más aún en un ámbito tan sensible como la Amazonía.

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