Avanza la sequía por la crisis de los bosques en Estados Unidos

En 2024 la sequía y las elevadas temperaturas desembocaron en una crisis de los bosques en Estados Unidos sin precedentes. Los incendios forestales y la falta de agua quedaron bajo la mira del gobierno, los ambientalistas y las organizaciones de protección de la sociedad civil. 

Durante el 2024 la crisis de los bosques que vive Estados Unidos forma parte del contexto de una de las peores sequías de su historia. Esta situación sucede en un momento en el cual la crisis climática se traduce en fenómenos meteorológicos de este tipo.  

Según los registros oficiales del Centro Climático Regional del Noreste del país desde el 2016 no se verifica un estado de escasez de agua como el actual. A propósito, algunas de las ciudades más importantes, como lo son Nueva York o Filadelfia, tuvieron récord de días sin lluvias.

Otro punto geográfico clave como Nueva Jersey también se vió afectado con un con la menor cantidad de agua caída en su territorio en los últimos 120 años. Todos estos eventos climáticos se traducen, por supuesto, en elevadas temperaturas y falta de recursos hídricos para la población. 

A causa de las olas de calor y falta de precipitaciones la crisis de los bosques no tardó en llegar. Los incendios forestales fueron noticias en las zonas mencionadas, incluso en épocas del año que estos episodios no solían suceder. 

Las cifras y estadísticas de las condiciones meteorológicas de Estados Unidos no son muy optimistas. Por esta razón las autoridades impulsan nuevas medidas mientras los científicos y los ambientalistas continúan en alerta. 

La crisis de los bosques, como uno de los síntomas extremos del calentamiento global, es solo una postal de los daños muy difíciles por el impacto ambiental. 

Los datos de la crisis de bosques de Estados Unidos 

La crisis de los bosques en Norteamérica no es un problema nuevo. De hecho, hubo antecedentes de incendios forestales en toda la historia del continente. Según el Servicio Forestal de Estados Unidos hay datos de referencia que pueden ser tenidos en cuenta para analizar esta cuestión:

  • El promedio anual de bosques quemados es de 182.000 
  • La gran mayoría de los episodios sucede en el sur del país
  • El peor antecedente ocurrió en el año 1825 en la zona de Maine con un total de 1.214.000 hectáreas arrasadas 
  • Solo en la zona del noreste del Pacífico se verifican 3.815 incendios por período

Como se trata de fenómenos tan recurrentes, en Estados Unidos ya hay una cultura establecida de prevención y protocolo para cada crisis de los bosques. Tanto las poblaciones como las personas que ocupan posiciones estratégicas forestales se preparan para enfrentar cada posible inicio del fuego. 

De hecho, gracias a este historial de planificación, con el tiempo, se logró reducir el margen de consecuencias por incendios forestales. De este modo, los focos de llamas empezaron a dejar menor huella en cada región ya que la cantidad de territorio arrasado se redujo en 40 hectáreas promedio cada año. 

Será cuestión de ver después de los eventos severos vividos en 2024 cuáles serán las futuras estadísticas en cada crisis de los bosques. 

Las medidas preventivas para mitigar la crisis de los bosques 

Ante el avance de los incendios forestales las autoridades se vieron obligadas a poner en marcha políticas públicas para frenar la crisis de los bosques. Lo cierto es que solo durante el mes de noviembre en Nueva York, Connecticut y Nueva Jersey hubo miles de hectáreas forestales que fueron arrasadas por el fuego. 

En episodios prácticamente inéditos, algunos parques públicos de la Gran Manzana también ardieron. Las ciudades de Brooklyn y Manhattan estuvieron entre las más afectadas. También en Nueva Jersey se registraron más de 2 mil hectáreas quemadas. 

Por todas estas razones se pusieron en práctica en los territorios damnificados planes de auto-evacuación. Se dio la alerta masiva para que los ciudadanos y ciudadanas abandonen sus hogares por sus propios medios hasta tanto la crisis de los bosques por incendios fuese controlada. 

Además, en la región noreste se impuso una prohibición de encender fogatas. De hecho, todo tipo de quemas quedó totalmente proscrita, incluidos los actos de incinerar residuos y hojas. Por fin, un tema no menor, fue la conminación a la población por la racionalización del consumo de agua. 

Estados Unidos atraviesa una crisis de los bosques inédita que preocupa a todos los sectores involucrados con las cuestiones ambientales. Mientras los especialistas estudian el panorama meteorológico para la próxima temporada se aguarda cual será la postura al respecto del flamante gobierno. 

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