¿Por qué es importante preservar los ecosistemas?
Como todos los demás seres vivos, los humanos dependemos de los servicios de los ecosistemas naturales para sobrevivir. Los necesitamos para obtener los alimentos que comemos, el agua que bebemos y para transformar las materias primas en nuestros productos cotidianos. Es vital que preservemos los ecosistemas naturales.
La vida humana depende de todos los ecosistemas naturales, no solamente los bosques, ¿hasta donde comprendemos esto?
Para dimensionar, podemos mencionar por ejemplo, que la agricultura que proporciona nuestros alimentos depende de las características de un ecosistema concreto. Los cereales o las hortalizas sólo crecen en determinadas condiciones de temperatura y humedad.
También necesitan que se produzcan ciertos procesos naturales, como la polinización. Si modificamos estas características con demasiada intensidad, corremos el riesgo de no poder producir lo que producimos hoy, o al menos no de la misma manera.
Por eso existen algunas técnicas agrícolas que entienden y gestionan la producción de alimentos (como la agrosilvicultura, la permacultura o la agricultura regenerativa) que los impactos más amplios del uso de herbicidas, pesticidas, el agotamiento de las fuentes de agua cercanas o la apuesta por diferentes tipos de árboles que hacen que los ecosistemas sean más resilientes.
¿Qué son los servicios ecosistémicos?
Los servicios de los ecosistemas, valorados en 125 billones de dólares, hacen posible la vida humana.
Esto es porque provee alimentos nutritivos y agua limpia, regulando las enfermedades y el clima, lo cual favorece la polinización de los cultivos y la formación del suelo, y proporciona beneficios recreativos, culturales y espirituales.
Para que todo esto sea posible, es necesario que los ecosistemas de la Tierra, como los ecosistemas forestales, los ecosistemas de praderas, los ecosistemas acuáticos o los agroecosistemas, funcionen correctamente. Pero lo cierto es que algunos servicios ecosistémicos están actualmente amenazados.
Servicios de los ecosistemas: Ejemplos
Sin los servicios de los ecosistemas, la vida en la Tierra tal y como la conocemos no existiría. Existen cuatro categorías principales de servicios ecosistémicos:
Los servicios de aprovisionamiento se refieren a los productos asegurados por los ecosistemas. Entre ellos se incluyen:
– Agua
– Alimentos (incluido el ganado y el marisco)
– Energía (luz solar, energía hidroeléctrica, biomasa)
– Productos farmacéuticos, bioquímicos e industriales
Los servicios de regulación son los servicios ecosistémicos que permiten regular procesos ecosistémicos como:
– Regulación del clima (y absorción y almacenamiento de carbono a través de los océanos, los árboles, el suelo)
– Purificación y regulación del agua y el aire
– Control de plagas y enfermedades
– Descomposición de residuos (uno de los procesos microbianos más esenciales que tienen lugar en el suelo)
– Polinización de cultivos (realizada por agentes como las abejas, que contribuyen a la reproducción de las plantas con flores).
Los servicios de apoyo y hábitat se refieren a la capacidad de los ecosistemas para proporcionar hábitat a las especies migratorias y mantener la viabilidad de las reservas genéticas, lo que es posible gracias a:
– La reproducción primaria
– La dispersión de nutrientes y semillas
Los servicios culturales son los beneficios que los ecosistemas aportan a los seres humanos. Ejemplos de ellos son:
– Inspiración con fines intelectuales (creatividad), culturales (entretenimiento) y espirituales (por qué).
– Recordar lo bien que hace ver y oír aves silvestres
– Experiencias recreativas como actividades al aire libre o ecoturismo
– Animales, plantas e incluso el reino funghi sirven de inspiración en teatros, películas…
– Muchas personas acuden a parajes naturales cuando quieren estar solas o reflexionar sobre la vida
– Descubrimiento científico y optimización/eficiencia siguiendo ejemplos del mundo natural (biomimetismo)
Aprende más sobre los servicios de los ecosistemas, cómo se sobreexplotan los recursos naturales, cómo se daña el medio ambiente y cómo proteger los servicios de los ecosistemas para las generaciones futuras:
¿Cómo afecta el ser humano a los ecosistemas?
El impacto humano en los ecosistemas
Las actividades humanas están teniendo un impacto negativo en los ecosistemas. De hecho, según la famosa Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, a principios del siglo XX, las actividades humanas cambiaron los ecosistemas más rápidamente que nunca.
El ser humano ha estado demandando comida, agua, alimentos, madera y otros materiales como un loco. Y todas estas demandas han contribuido en gran medida a la deforestación (para cultivar más), la pérdida de la polinización natural (las abejas están desapareciendo), la contaminación del agua (desde excrementos de animales y pesticidas hasta plásticos), la explotación del suelo (debido a la agricultura intensiva), la sobrepesca y la enorme pérdida de biodiversidad.
Pero, ¿por qué el ser humano está afectando tanto a los ecosistemas?
¿Por qué afecta el hombre a los ecosistemas?
No hay una respuesta directa a esta pregunta. Pero las actividades humanas tienen impactos que no se notan instantáneamente. Esto significa que el impacto visual de estos efectos no está presente la mayor parte del tiempo. Además, el capital ecológico es difícil de medir.
Por ejemplo, transformar un terreno para construir un hotel tendrá unos costes específicos (compra del terreno, materiales de construcción, mano de obra) y los ingresos pueden predecirse mediante la estimación de la tasa de ocupación, el precio por temporada…
Pero no hay forma precisa de cuantificar cuál es el valor de ese parque y de esos árboles que habrá que talar para construirlo. ¿Cuál es su valor para el medio ambiente? ¿Y para las familias que van allí todos los días? No hay una forma exacta de responder a esto, aunque organizaciones como el Parlamento Europeo están intentando arrojar luz sobre esta cuestión.
Aparte de la necesidad de utilizar los servicios de los ecosistemas a gran escala para mantener la economía en marcha, también hay otra teoría muy discutida sobre esta cuestión. Dice que si un servicio ecosistémico es común y no pertenece a nadie en particular, los seres humanos lo explotarán hasta agotarlo.
Esta teoría en la que los individuos persiguen sus intereses individuales se denomina la tragedia de los comunes. Más información en nuestra definición de desarrollo sostenible.
Ecosistemas ampliados a entornos humanos
En general, necesitamos un enfoque más racional sobre cómo estamos transformando los ecosistemas. Tenemos que replantearnos los procesos por los que cambiamos, tomamos, utilizamos y nos deshacemos de los recursos naturales. Tienen que ser más eficientes y circulares para que los ecosistemas puedan preservarse mejor.
Sólo restaurando una cohabitación más armoniosa y duradera con los hábitats naturales y su población viva podremos beneficiarnos de los servicios de la Tierra. Estos son especialmente importantes para la supervivencia de la humanidad en lo que se refiere a:
Abastecimiento: agua, alimentos, materiales, recursos energéticos, farmacopea…
Regulación: clima, ciclos del agua, ciclos bioecológicos, estabilidad atmosférica (producción de oxígeno) y geológica…
Ecosistemas y responsabilidad social de las empresas
Para intentar restablecer la salud de los ecosistemas y su equilibrio, nuestros procesos de consumo y extracción deberán ser más eficientes y circulares.
Para ello, es crucial que las empresas desarrollen estrategias de sostenibilidad y RSE, que evalúen su impacto y actúen en consecuencia.
Los gobiernos deben crear mejores normativas para animar a las empresas a seguir este camino y, al mismo tiempo, encontrar formas de medir e incluir el capital natural en la forma más famosa (no necesariamente buena o justa) de acceder al progreso.
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