Conozca las diez causas naturales y humanas del calentamiento global: Parte 3

Calentamiento global
Calentamiento global

Otras causas: el calentamiento global no es multicausal: termina de conocer en esta tercera parte, qué causas naturales y humanas alimentan el monstruo y reflexionemos para detenerlas

El tema del calentamiento global es más complejo de lo que se cree y para abordarlo y hacer una reflexión profunda, hay que desglosar muchas aristas. 

En esta tercera parte, continuaremos explorando las causas del calentamiento global, tanto naturales como humanas, y reflexionaremos sobre la importancia de detenerlas.

En las partes anteriores, ya hemos discutido varias causas fundamentales, y ahora profundizaremos en las siguientes:

6. El deshielo del permafrost: cuando el frío se encuentra con el calor

Lo primero es lo primero: ¿Qué es el permafrost? El permafrost es un terreno que permanece totalmente helado, por tanto a 0 °C o más frío, durante al menos dos años seguidos.

Son más comunes en latitudes altas y en zonas de alta montaña. Por ejemplo, constituyen alrededor del 25% del Hemisferio Norte.

El permafrost ha atrapado dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero. 

Por desgracia, en los últimos años se han descongelado grandes extensiones de permafrost, liberando estos gases.

Los casquetes polares y el permafrost se están derritiendo a un ritmo más rápido que nunca, aumentando las emisiones de gases que almacenan esos suelos helados.

7. Cambios en la órbita y rotación de nuestro planeta, cambios en las estaciones

Aunque los problemas de órbita y rotación puedan sonar bastante alejados de nuestra realidad, lo cierto es que no lo están.

Está demostrado que los cambios en la órbita y rotación de la Tierra produjeron cambios climáticos en el pasado.

Un gran ejemplo es lo que ocurrió en el Hemisferio Norte. La falta de sol en verano fue una de las causas principales de los pasados ciclos de glaciaciones.

Durante esas épocas, la Tierra padeció largos periodos de temperaturas frías conocidos como edades de hielo, en los que la temperatura media en la parte más fría de esta edad era unos 6 °C (11 °F) más fría que la actual.

Pero nuestro planeta también sufrió periodos interglaciares más cortos o periodos entre glaciaciones en los que las temperaturas eran más cálidas. Durante el punto álgido de estos periodos, la temperatura media global era 2 °F más cálida que la actual.

8. Cambios naturales en la reflectividad de la Tierra y en las concentraciones de dióxido de carbono

Primero los hechos: el 70% de la luz solar que llega a la Tierra es absorbida. ¿Cómo es posible? Pues bien, los objetos y superficies oscuras, como el océano, los bosques y el suelo, son más propensos a absorber la mayor parte de la luz solar.

Por eso, en otras entradas del blog hemos hablado de cómo los océanos se calientan debido al cambio climático, mientras que los objetos y superficies de color claro, como la nieve, el hielo y las nubes, son más propensos a reflejar la luz solar.

Una vez que el hielo y la nieve se derriten o si hay menos nevadas, entonces hay menos reflexión y, por tanto, más absorción de calor.

En resumen, la cantidad de luz solar que se absorbe o refleja depende de la superficie y la atmósfera de la Tierra.

La superficie de nuestro planeta cambia no sólo a causa de las actividades humanas, sino también por causas naturales, como el deshielo del mar que se produjo en el pasado.

También existen causas naturales para el cambio en las concentraciones de dióxido de carbono.

Durante los ciclos glaciares, los niveles de dióxido de carbono cambiaron. Por ejemplo, durante los periodos interglaciares cálidos, los niveles de CO2 eran más altos, y durante los periodos glaciares fríos, esos niveles eran más bajos.

9. Actividad volcánica alrededor de la Tierra

Las erupciones volcánicas han destruido casas y se han cobrado miles de vidas. También han contribuido a aumentar los niveles de CO2 en la atmósfera.

En realidad, los volcanes son uno de los mayores contribuyentes naturales al cambio climático.

¿Por qué? Cuando explotan y arrojan partículas a la atmósfera superior, pueden reflejar la luz solar hacia el espacio y enfriar la superficie de la Tierra, por eso sus partículas se conocen como un ejemplo de aerosoles refrigerantes. 

¿Quieres conocer una de esas partículas? El dióxido de azufre (SO2), un gas incoloro, pesado y tóxico que tiene un olor acre.

A pesar de ello, las partículas volcánicas no permanecen en la atmósfera tanto tiempo como los gases de efecto invernadero producidos por las actividades humanas.

Y, de nuevo, porque nos encantan los hechos, aquí va uno importante en relación con este tema: las actividades humanas generan más de 100 veces más emisiones de dióxido de carbono al año que los volcanes.

10. Cambios en la actividad solar

El Sol cambia. Pero más concretamente, lo que nos interesa es el hecho de que su producción de energía también lo hace.

Esto puede tener un efecto sobre la intensidad de los niveles de luz solar que llegan a la superficie de la Tierra. 

Aunque estos cambios tienen el poder de introducir algunas modificaciones en nuestro clima, lo cierto es que no significan gran cosa, al menos no en las últimas décadas.

Podemos afirmarlo porque hay satélites que llevan midiendo la energía que nos proporciona el Sol desde 1978.

Teniendo en cuenta las mediciones de las temperaturas medias globales de la superficie y la energía del Sol, podemos ver que, aunque el Sol tiene un ciclo natural de 11 años de pequeñas subidas y bajadas en su intensidad, casi no tiene efecto en la Tierra.

¿Cómo podemos estar seguros de este resultado? Porque durante el mismo periodo de 11 años de ciclo, la temperatura media global ha aumentado, y no puede relacionarse con la energía del Sol como causa principal.

¿Qué podemos hacer con toda esta información?

Identificar las causas del calentamiento global puede no significar mucho si no se comprueban sus resultados.

Hemos explorado algunos de ellos aquí y en otras entradas del blog: olas de calor más largas y calurosas, lluvias más intensas, temperaturas más cálidas en los océanos, sequías más frecuentes y desastres naturales más fuertes como los huracanes.

Esto es lo que está en juego. ¿Qué está en nuestras manos? Tenemos el poder de cambiar y ayudar a otros a unirse a nosotros en este viaje.

El primer objetivo está relacionado con el hecho de que tenemos que reducir nuestras emisiones.

Los científicos dicen que tenemos menos de 8 años para reducir las emisiones mundiales de carbono hasta en un 40% si no queremos presenciar los peores impactos del cambio climático.

¿Cómo podemos alcanzar ese objetivo?

Adoptando nuevos hábitos que van desde cambiar a fuentes de energía renovables hasta hacer el cambio a formas más sostenibles de comprar, reciclar y tirar productos. 

¿Necesita una guía para adoptar estos nuevos hábitos? Descúbrela en nuestra reciente entrada del blog.

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