Los bosques cubren casi un tercio de la superficie terrestre de la Tierra, un equivalente a la superficie total de Brasil, Canadá, China y Estados Unidos. Estas 4 mil millones de hectáreas de bosques no son sólo vegetación, sino que son un vital de casi todas las facetas de la vida en nuestro planeta.
Los bosques son ecosistemas donde prospera una rica biodiversidad que alberga 60.000 especies diferentes de árboles, el 80% de las especies de anfibios, el 75% de las especies de aves y el 68% de las especies de mamíferos del mundo.
Proporcionan inmensos servicios ecosistémicos, como ayudar a regular los patrones globales de precipitaciones, salvaguardar los recursos hídricos y prevenir las inundaciones y la erosión del suelo.
Además, los bosques son catalizadores del bienestar económico, ecológico y sociocultural de muchas comunidades de todo el mundo.
Para los casi mil millones de personas que dependen de ellos para su subsistencia, los bosques proporcionan acceso a agua limpia, alimentos y medicinas, y reducen el riesgo de desastres climáticos de origen terrestre.
Además, unos bosques sanos actúan como amortiguadores entre los seres humanos y la fauna silvestre y limitan la propagación de enfermedades infecciosas zoonóticas.
Al mismo tiempo, 70 millones de indígenas consideran que los bosques son su hogar y actúan como sus principales cuidadores y custodios. Para ellos, la salud de los bosques es, en esencia, una cuestión de supervivencia.
No cabe duda de que garantizar la conservación, la gestión sostenible y la restauración de los bosques tiene inmensos beneficios para las personas y para el planeta.
¿Por qué los bosques son fundamentales para luchar contra la crisis climática?
Los bosques sanos son potentes sumideros de carbono, lo que significa que absorben y almacenan dióxido de carbono.
Se calcula que, a escala mundial, entre 2001 y 2019, los bosques absorbieron el doble de carbono del que emitieron, es decir, 7.600 millones de toneladas métricas de CO2 al año.
Por lo tanto, los bosques proporcionan una capacidad crucial para eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera y ayudarnos a evitar los peores impactos de la crisis climática.
Según las conclusiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, el sector de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra puede aportar hasta el 30% de la reducción de emisiones de GEI necesaria para limitar el calentamiento global a 2 ºC, a un coste relativamente bajo.
Para el sector AFOLU, muchas oportunidades de mitigación de alto impacto se encuentran en los bosques.
Como una de las soluciones más eficaces basadas en la naturaleza, los bosques son ejemplos de recuperación y adaptación naturales.
Sin embargo, su capacidad de recuperación no los protege de los factores de estrés antropogénicos, como el cambio de uso del suelo, la deforestación, la intensificación de la agricultura y la urbanización.
La deforestación y la degradación de los bosques representan actualmente hasta una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Para empeorar las cosas, a medida que aumenta la temperatura global, los bosques se vuelven cada vez más susceptibles a las sequías, los incendios forestales, las plagas y las enfermedades.
A medida que los bosques desaparecen, se pierde su inmensa capacidad de almacenamiento de carbono, y el dióxido de carbono liberado agrava aún más el efecto invernadero.
Adoptar un enfoque holístico para gestionar de forma sostenible nuestros bosques es clave para combatir eficazmente el cambio climático.
Si eliminamos las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal y facilitamos el rebrote de los bosques y la restauración del paisaje, podremos reducir significativamente las emisiones globales netas de GEI.
Si realmente queremos evitar superar el umbral crucial de 2 °C de calentamiento global, debemos conservar, restaurar y gestionar de forma sostenible los bosques de forma colectiva, partiendo del reconocimiento de que desempeñan un papel inestimable en la consecución de ese objetivo.