La original propuesta para salvar a los capibaras

La creativa iniciativa de empresarios gastronómicos para realzar la figura de los capibaras ante las comunidades. El auge de la especie en redes sociales y él éxito del negocio que lleva su nombre. Las otras invitaciones para contribuir con especies que también se encuentran en peligro.
Los capibaras se encuentran en una situación ambigua. Por un lado, en distintas partes del mundo hay actividades humanas que los colocan en una situación de vulnerabilidad.
El avance de la industria inmobiliaria es un ejemplo de esto ya que ante su paso se destruyen espacios vitales para la supervivencia de la especie.

En paralelo a estos ataques constantes la popularidad de estos animales crece a ritmos sorprendentes. Cada vez más personas en el mundo los venera, los reivindica y ofrece ayuda para su preservación. Esta tendencia, además, ocurre a nivel global por una visibilidad masiva a través de los sitios virtuales.
En este contexto, desde el año 2020 en Tokio surgió una propuesta muy disruptiva que genera especial atracción. Se trata del Capyneko Café, un negocio gastronómico ubicado en el elegante barrio de Kichijoji.
En esta cafetería, además de consumir las comidas y bebidas, los visitantes tienen la posibilidad de interactuar con los propios capibaras, los cuales habitan todo el ambiente de forma libre y protegida.
La misión del Capyneko Café es desmitificar ciertas ideas que señalan a estos ejemplares como potencialmente peligrosos o agresivos por su capacidad de morder y roer. Por el contrario, se muestran todo el tiempo desde las redes sociales fotos y videos de los clientes interactuando con estos especímenes con total naturalidad y sin ningún tipo de riesgo físico.
Pero, además, los capibaras conviven con gatos en el mismo recinto. Esta particularidad desmiente las afirmaciones respecto a que es inviable su convivencia con especies domésticas y con felinos.
Luego del primer emprendimiento surgieron otros que se inspiraron y extendieron la idea. Tal fue el caso de Café Capypa. También en Tokio, en este caso en la zona de Higashimukojima, el protocolo indica que pueden ingresar personas mayores de 6 años y todos los menores de 12 deberán estar acompañados de cuidadores.

En ambos espacios dedicados a los capibaras el espíritu es la visibilización y la concientización de los encantos de la fauna y, a su vez, la necesidad de protección y cuidado. Con este mismo propósito se iniciaron otras convocatorias en distintos puntos del planeta, para que las comunidades se sumen para salvar a las especies.
Otras originales campañas para salvar animales
Además de las particulares ideas surgidas en Japón para salvar a los capibaras existen otros casos en distintos puntos geográficos del planeta en relación a otras especies. Tal es el caso de la Patagonia argentina, en donde ya han surgido hace años una campaña para rescatar ballenas.
Históricamente a causa de la caza furtiva las ballenas francas australes han migrado y encontrado su refugio seguro en la provincia de Chubut. Desde allí han partido varias propuestas desde la década de 1990 hasta el presente.
Con el tiempo, se sumó la cuestión de la contaminación y el calentamiento global, las cuales afectan tanto su salud como su ciclo reproductivo.
La comunidad científica decidió que la mejor forma de salvar a los cetáceos es invertir en investigación, educación, visibilización y concientización. Para eso, lanzaron la propuesta para adoptarlas mediante contribuciones activas. El ente impulsor es el Instituto de Conservación de Ballenas.
A la fecha el programa de adopción de ballenas avanza con cada vez más suscriptos y, en una de las últimas comunicaciones se informó un total de 2.300.
La inspiración inicial del proyecto data de 1991 cuando se puso en marcha un programa creado por Ocean Alliance, una alianza dedicada a la ciencia marítima que puso su foco en la fauna de Sudamérica. Desde aquellos tiempos hasta hoy se insta a las comunidades a sumarse para contribuir.
Acciones como la reducción del consumo de plástico, el consumo consciente o la difusión de la importancia del cuidado del medio ambiente son algunos de los puntos que remarca la institución.
En tiempos de redes sociales y de hiper conectividad surgen cada vez más propuestas originales como la conocida recientemente para salvar a los capibaras. Un caso en el que la tecnología ha demostrado que puede ser muy funcional a los buenos intereses por la biodiversidad.