COP16: por qué la ciudad colombiana de Cali es sede de la biodiversidad

Actualmente, Santiago de Cali se encuentra en el centro de atención global como anfitriona de la COP16, el evento internacional más relevante sobre biodiversidad. Entre diez ciudades que se postularon para ser sede de esta edición, Cali destacó debido a su impresionante riqueza en biodiversidad y cultura. Esta región del Pacífico colombiano se caracteriza por su diversidad étnica y cultural, que se complementa con áreas protegidas y parques naturales nacionales. Además, Cali alberga una enorme variedad de especies, desde animales y plantas hasta hongos y microorganismos, todas formando un entramado esencial para la vida en la Tierra.

Una ciudad vibrante con un rico patrimonio natural

Cali no es solo un lugar de gran biodiversidad; es también reconocida como la capital de la salsa, gracias al fervor con que sus habitantes viven y celebran este género musical, que es parte fundamental de su identidad. Además, ha ganado el título de “capital de las aves” por la notable cantidad de especies que se pueden avistar tanto en áreas urbanas como rurales. En resumen, Cali no es únicamente un centro urbano dinámico, sino también un santuario natural y cultural, lo que la convierte en un lugar único para la biodiversidad y el disfrute humano.

Cali, una “sucursal del cielo” en Colombia

Al llegar a Cali, los visitantes encuentran una ciudad llena de naturaleza, buen clima, hospitalidad, alegría y fiesta. Sus cualidades son tan reconocidas que, desde hace varias décadas, se la conoce como una “sucursal del cielo en la Tierra.” Esta fama se remonta a los Juegos Panamericanos de 1971, cuando, en plena expansión, la ciudad no contaba con infraestructura hotelera suficiente para albergar a todos los visitantes. Los caleños, conocidos por su amabilidad, ofrecieron sus hogares para alojar a atletas y turistas. Este gesto, sumado a las mejoras en vialidad y espacios públicos realizadas para el evento, transformaron a Cali en una ciudad moderna y hospitalaria, y así nació su reputación como una “sucursal del cielo”.

Ciudad con una biodiversidad invaluable

Ubicada en el suroeste del Valle del Cauca, Cali cubre más de 560 kilómetros cuadrados. A pesar de ser la tercera ciudad más poblada y el tercer centro económico de Colombia, conserva un 75% de zona rural, mientras el 25% restante corresponde a áreas urbanas. Los ecosistemas de Cali varían según la altitud, desde bosques altoandinos y páramos a 4,070 metros sobre el nivel del mar en los Farallones, hasta humedales y remanentes de bosque seco tropical en la región baja, a 950 metros sobre el nivel del mar. Esta diversidad geográfica permite una variedad de vegetación que incluye desde bosques secos en las zonas bajas y de ladera hasta bosques húmedos y de niebla en las vertientes.

Parque Nacional Natural Farallones de Cali

El Parque Nacional Natural Farallones de Cali se extiende sobre más de 196,000 hectáreas, dentro de las cuales fluyen más de 30 ríos que abastecen de agua a buena parte del suroccidente colombiano. Este sistema hídrico es crucial para la salud ambiental de Cali y de toda la región. Cali es reconocida, además, como la capital de las aves, ya que se ha registrado la presencia de más de 560 especies, de las cuales 86 están en peligro de extinción. Esto representa casi el 30% de las especies de aves registradas en Colombia, y esta riqueza se debe en gran medida a la transición geográfica entre el piedemonte de la Cordillera Occidental y el valle del río Cauca, que crea un entorno favorable para la diversidad aviar.

La importancia de preservar la biodiversidad en Colombia

La biodiversidad de Colombia es de enorme relevancia no solo para el país, sino también a nivel mundial. Colombia es uno de los 17 países considerados megadiversos, lo cual significa que aproximadamente una de cada diez especies conocidas en el mundo habita en su territorio. Según han afirmado desde Greenpeace Colombia, esta riqueza natural es fundamental para diversas funciones ambientales que son esenciales para la humanidad, como la producción de alimentos, la nutrición y la salud. Así, la biodiversidad no es un concepto abstracto, sino un recurso crucial para la calidad de vida y el bienestar humano. Proteger y restaurar los ecosistemas colombianos se vuelve urgente y prioritario, ya que solo con acciones concretas se podrá asegurar su conservación antes de que sea demasiado tarde.

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