El presupuesto 2025 para cuidar los bosques nativos es el más bajo desde 2007 

Desde su sanción en 2007, la Ley de Bosques, que debería garantizar la protección de los bosques nativos de Argentina, ha sido continuamente desfinanciada. A pesar de los esfuerzos de organizaciones ambientalistas como Fundación Vida Silvestre o Greenpeace Argentina por denunciar la falta de compromiso del gobierno con el cuidado del medioambiente, el presupuesto asignado en 2025 para proteger este recurso natural tan valioso es el más bajo desde la implementación de la norma.

Y si bien este déficit presupuestario no es algo exclusivo del gobierno de Javier Milei, sí lo es el nuevo nivel crítico que ha alcanzado durante su mandato. El mayor problema de esta realidad es que pone en riesgo la capacidad de las provincias para controlar la deforestación y restaurar aquellas áreas forestales que han sido degradadas por la tala ilegal o los incendios. 

Los efectos a futuro podrían ser devastadores, tanto para la biodiversidad como para la lucha contra el cambio climático del país y el planeta. Es por eso que, si se quiere proteger a los bosques nativos, es necesario que haya un cambio rotundo en las políticas públicas. Solo de esta forma será posible asegurar que estos ecosistemas reciban los cuidados necesarios para sobrevivir. 

Menos presupuesto, menos bosques nativos

La Ley de Bosques establece que cada año, al menos un 0,3% del presupuesto nacional debería ser utilizado para proteger los bosques nativos del país. En 2025, el 0,3% debería representar un monto de más de 350 mil millones de pesos. Pero la realidad es muy diferente. El proyecto de ley para el Presupuesto General para el ejercicio fiscal del próximo año solo otorgó al cuidado de los bosques 9 mil millones de pesos: un 2,5% de lo que debería. 

Cabe aclarar que desde la implementación de la Ley de bosques el presupuesto nunca ha cumplido con lo establecido por la ley. Pero el director de Fundación Vida Silvestre, Manuel Jaramillo advierte que la actual asignación es la más baja desde que se sancionó la ley. Básicamente se están destinando solo 170 pesos para proteger cada hectárea de bosque del país. 

No hace falta explicar que esta cantidad de dinero es insuficiente para controlar y monitorear las enormes áreas de bosques nativos, que abarcan millones de hectáreas en todo el país. Pero a esto se suma que no existe un verdadero estímulo financiero para que los dueños de las tierras boscosas de cada provincia del país busquen aplicar políticas de uso sustentable.

Incendios y tala ilegal, el combo fatal

Durante las últimas décadas, los bosques nativos han sumado nuevas amenazas. Por un lado, los incendios forestales, que debido al cambio climático han aumentado tanto su frecuencia como su intensidad. Por otro, los altos niveles de deforestación ilegal, que a pesar de descender desde la sanción de la Ley de Bosques, continúa ocurriendo incluso en zonas donde la actividad está prohibida por la ley.

La falta de presupuesto permitirá que los empresarios inescrupulosos sigan transformando áreas señaladas como de conservación en zonas dedicadas a actividades económicas como la agricutura, la ganadería o la industria forestal. De acuerdo con datos de Fundación Vida Silvestre, cerca de un ¡76% de la deforestación realizada en el país ocurre en zonas prohibidas! 

Recursos nacionales en riesgo

Los bosques nativos cumplen tareas irremplazables para el país. No solo por su valor para la biodiversidad, sino también porque ayudan a regular el clima y el ciclo del agua. Además, capturan dióxido de carbono y proveen hábitats esenciales para miles de especies autóctonas. Pero por si esto no fuera suficiente, los bosques también son fundamentales para la seguridad alimentaria argentina, ya que muchas comunidades dependen de sus recursos para sobrevivir.

Es por eso que la pérdida de bosques tendrá graves consecuencias ambientales, sociales y económicas en el futuro inmediato de la Argentina. Al degradarse los ecosistemas, el país quedará más expuesto a desastres naturales como inundaciones, sequías y olas de calor. Mientras que la pérdida de biodiversidad tendrá efectos terribles en la salud de todos los argentinos. Si no hay plata para cuidarlos hoy, los costos serán incalculables mañana.  

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