La gestión forestal sostenible busca equilibrar los beneficios económicos, medioambientales y sociales de los bosques. Argentina avanza con políticas y prácticas que promueven la conservación y uso responsable de sus recursos forestales.
La gestión forestal sostenible significa equilibrar las funciones y los valores económicos, medioambientales y sociales de los bosques en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
Se trata de una tarea compleja y difícil, dado el crecimiento acelerado de la población mundial y la demanda de productos y servicios forestales.
Sin embargo, una serie de iniciativas prometedoras han permitido afrontar estos retos con un cauto optimismo.
Entre ellas se encuentra el nivel sin precedentes de atención, energía y compromiso mostrado por miles de grupos organizados y no organizados que trabajan a nivel mundial, local, gubernamental y no gubernamental.
A menudo oímos hablar de bosques que no se gestionan de forma sostenible, pero aún se desconoce la magnitud del problema a escala mundial.
Un estudio de 1982 estimaba que menos del 5% de los bosques tropicales clasificados como productivos estaban «gestionados», es decir, sujetos a una gestión formulada con precisión.
Esto implicaba que se debería proporcionar datos cuantitativos y cualitativos sobre la gestión sostenible de los bosques en todo el mundo.
Por el momento, las cifras recientes muestran que casi todos los bosques europeos son gestionados , es decir, están sujetos a un plan de gestión más o menos detallado con vistas a un objetivo o conjunto de objetivos (producción de madera, conservación de la diversidad biológica, conservación del suelo y del agua, recreo, etc.).
Gestionar los bosques de forma sostenible significa garantizar toda una serie de bienes y servicios a largo plazo.
Si bien es cierto que todos los bosques son, por definición, polivalentes, y que actualmente se hace hincapié precisamente en la gestión de esta polivalencia, la mayoría de los programas de gestión privilegian una de las funciones como prioritaria: la producción (de madera y/o de productos no madereros), o la protección (en particular para la conservación del suelo y del agua), o la conservación (de la diversidad biológica, del patrimonio cultural, etc.).
El siguiente análisis de los bosques naturales y las plantaciones forestales se centra en la gestión para la producción de madera, ya que las cuestiones relacionadas con el aprovechamiento maderero se encuentran entre las más controvertidas en el debate actual sobre los bosques.
Gestión natural de los bosques
El mundo está inmerso en un proceso de mejora de la gestión forestal. Esto implica revisar los objetivos de la gestión forestal, cambiar los métodos utilizados y, en algunos casos, modificar la forma en que se utilizan las zonas forestales.
El resultado puede ser una reducción de la extracción de madera de los bosques naturales, pero al mismo tiempo un aumento de la producción de otros bienes y servicios. Aunque el compromiso con la gestión forestal sostenible puede conducir a una reducción de los volúmenes de tala a corto plazo, se espera que el proceso se invierta a largo plazo.
La gestión de los bosques naturales se ve actualmente influida por el reconocimiento de nuevos recursos, la evolución de los objetivos y prácticas de gestión y los cambios institucionales, todo lo cual ha propiciado la aparición de una nueva raza de gestores forestales.
Gestión forestal en Argentina
En Argentina, la gestión forestal sostenible ha cobrado especial relevancia en los últimos años, porque la crisis climática avanza y el país está en un momento de cambios importantes a nivel político y de gestión.
Argentina cuenta con vastas extensiones de bosques que son esenciales tanto para la biodiversidad como para la economía local.
Y hasta ahora, las políticas forestales argentinas se han centrado en la reforestación y en la implementación de prácticas de tala responsable. Además, iniciativas como la Ley de Bosques han establecido un marco legal para proteger los recursos forestales, promoviendo la conservación y el uso sostenible de los bosques nativos.
No obstante, los recortes y la desfinanciación ponen en peligro esto. La falta de recursos adecuados para la implementación efectiva de la Ley de Bosques y otras políticas ambientales puede revertir los logros alcanzados.
Es crucial que el actual gobierno y las organizaciones no gubernamentales continúen colaborando para asegurar la financiación y el apoyo necesarios para las iniciativas de gestión forestal sostenible.
Solo así se podrá garantizar la preservación de los bosques y su capacidad para contribuir al bienestar ecológico y económico del país. Entre ellas, habrá que trabajar los acuerdos para regular la disponibilidad de recursos.
Tendencias en la disponibilidad de recursos y el suministro de madera a nivel global
Superficie de bosque natural explotable para el suministro de madera. Casi la mitad de los 3 221 millones de hectáreas de bosques naturales que se calcula que hay en el mundo se consideran explotables para el suministro comercial de madera según la normativa y las condiciones de mercado actuales, es decir, no están sujetos a ninguna restricción legal y tienen una cubierta forestal que es física y económicamente accesible.
La preocupación por la explotación maderera y la necesidad de fomentar prácticas de tala respetuosas con el medio ambiente son aplicables a esta zona. Se calcula que al menos el 42% (665 millones de hectáreas) de la superficie en la que podría aprovecharse la madera no ha sido alterada por la intervención humana; tres cuartas partes de esta superficie se encuentran en la Federación Rusa.
De esta manera queda claro que la gestión forestal sostenible es un desafío continuo que requiere la cooperación internacional y la implementación de políticas efectivas a nivel local y global.
En Argentina y en todo el mundo, es crucial seguir promoviendo prácticas responsables y sostenibles para asegurar que los bosques puedan seguir proporcionando sus valiosos recursos a las generaciones futuras.
La educación, la legislación y el compromiso de todas las partes interesadas son fundamentales para lograr un equilibrio entre la explotación y la conservación de nuestros recursos forestales.