Los métodos actuales de agricultura ecológica no bastarán para alimentar al mundo en 2050
Para preservar los bosques hace falta cuidar las áreas verdes y por ello es clave reflexionar sobre la agricultura ecológica. Ésta emerge como una alternativa prometedora frente a la agricultura industrial debido a su menor impacto ambiental.
La agricultura ecológica puede ser una solución que colabore a cuidar el planeta, con sus bosques, océanos y áreas claves. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Global Environmental Change sugiere que las limitaciones de nitrógeno, un nutriente fundamental para la producción agrícola, hacen que la agricultura ecológica, tal como se practica actualmente, sea inadecuada para alimentar al mundo en 2050.
Este artículo explora estas limitaciones y su impacto en los bosques de Argentina, ofreciendo un enfoque regional sobre las posibles soluciones.
Debido a su menor impacto ambiental en comparación con la agricultura industrial, la agricultura ecológica aparece cada vez más en la agenda para un mundo más sostenible. Un nuevo estudio sugiere que sus limitaciones de nitrógeno -un nutriente fundamental que alimenta la producción agrícola- la hacen inadecuada para alimentar al mundo en 2050.
¿Puede la agricultura ecológica alimentar a todo el mundo?
Con las premisas actuales, no. La agricultura ecológica tiene menores rendimientos que la convencional y requiere la introducción de leguminosas fijadoras de nitrógeno en las rotaciones de cultivos, asegura el estudio.
Con este lema en mente, un equipo de científicos de Portugal y Austria cuentan en un estudio que concluía que no será posible alimentar a toda la humanidad en 2050 (entre 9.000 y 9.500 millones de personas) sólo cambiando a la agricultura ecológica tal y como la practicamos hoy.
Así, destacan que la agricultura ecológica, que prohíbe el uso de fertilizantes sintéticos, no puede proporcionar suficiente nitrógeno para que los cultivos sean viables a nivel mundial.
Los resultados demuestran claramente que la transición completa a la producción orgánica en 2050, tal como se practica actualmente, conduce a una falta de nutrientes para producir los alimentos necesarios para alimentar a la población mundial, independientemente de los cambios en la dieta.
Una de las razones es que la agricultura ecológica tiene una menor productividad por rendimiento, lo que significa que necesita más espacio para producir la misma cantidad de alimentos en comparación con los métodos de agricultura no ecológica.
El estudio también asumió que no habría deforestación adicional -lo cual es muy importante para la agenda climática- y que, por lo tanto, no habría suficiente superficie para los métodos de agricultura ecológica (actuales) si sustituyeran a las prácticas agrícolas industriales.
¿Puede ser viable la agricultura ecológica hasta 2050?
En la búsqueda de soluciones para que la agricultura ecológica sea viable en 2050 -teniendo en cuenta sus limitaciones al necesitar una mayor superficie y su insuficiente producción de nitrógeno-, el estudio destaca la necesidad de apostar por diferentes estrategias.
Una solución es aumentar la eficiencia de la comida que se da a los animales o hacer compost con los residuos sólidos urbanos y utilizarlo después para fertilizar la tierra.
Otra solución sería aumentar -mediante ingeniería alimentaria- la capacidad de las leguminosas para obtener nitrógeno de la atmósfera. Esto significaría hacer que todas las leguminosas fijaran el nitrógeno al mismo ritmo que lo hacen las mejores leguminosas.
Optimizar las rotaciones de cultivos, reducir el desperdicio de alimentos, descarbonizar el proceso (Haber-Bosch) por el que producimos fertilizantes sintéticos o utilizar biogás a partir de residuos animales son otras soluciones para la agricultura ecológica que hay que seguir explorando y mejorando.
Combinando estas soluciones, podríamos tener una agricultura ecológica que tenga suficiente nitrógeno y no necesite crear deforestación para tener superficie suficiente para alimentar a la humanidad en 2050, aseguran los investigadores.
Desde la perspectiva de la agricultura ecológica, ¿cuál es la dieta más respetuosa con el medio ambiente?
Como hemos visto, el modelo utilizado en el estudio analiza una serie de soluciones para alimentar a la humanidad en 2050, considerando tanto la agricultura ecológica como la convencional. Pero también explora la cuestión de cuál sería la dieta más sostenible según ambos tipos de agricultura.
Desde el punto de vista de la agricultura convencional, la dieta menos impactante es la vegana, en la que no se utilizan productos de origen animal, nada nuevo hasta ahora.
Sin embargo, el paso al 100% a la agricultura ecológica difícilmente sería compatible con una dieta puramente vegana.
¿Por qué?
Porque es muy importante tener un componente animal “significativo” en el sistema agrícola, ya que aportan nitrógeno a los sistemas agrícolas a través del estiércol, explicó Tiago Domingos.
Una conclusión sobre el método actual de agricultura ecológica y sus ventajas
Las conclusiones del estudio revelan que la sostenibilidad medioambiental de la agricultura ecológica actual tendrá que pasar por diferentes etapas para que puedan mejorarse los sistemas de producción.
En esencia, el camino para conseguir que la agricultura ecológica sea sostenible necesitará mucha innovación y la “ayuda” del ganado y otros animales de granja.
Sin estas innovaciones, nuevos procesos y una mayor eficiencia en los ya utilizados, no será posible alimentar a toda la humanidad en 2050 apostando sólo por los métodos actuales de agricultura ecológica.
Impacto en los bosques de Argentina
En Argentina, la expansión agrícola ha sido una de las principales causas de deforestación, especialmente en la región del Gran Chaco, el segundo bosque más grande de Sudamérica después de la Amazonía.
La agricultura ecológica, con su menor productividad por rendimiento, requiere más espacio para producir la misma cantidad de alimentos en comparación con los métodos convencionales.
Esto plantea un dilema significativo para los bosques argentinos, que son esenciales para la biodiversidad y la absorción de carbono.
Bosque del Gran Chaco: Esta región ya enfrenta graves problemas de deforestación debido a la expansión agrícola para cultivos como la soja y el maíz. La necesidad de más tierra para la agricultura ecológica podría agravar esta situación, poniendo en peligro los ecosistemas y las comunidades locales que dependen de estos bosques.
Soluciones
Para que la agricultura ecológica sea viable en 2050 sin causar deforestación adicional, se necesitan diversas estrategias innovadoras:
Aumento de la eficiencia: Mejorar la eficiencia en la alimentación animal y utilizar compost de residuos sólidos urbanos para fertilizar la tierra.
Ingeniería alimentaria: Incrementar la capacidad de las leguminosas para fijar nitrógeno de la atmósfera mediante técnicas avanzadas.
Optimización de rotaciones de cultivos: Implementar rotaciones de cultivos más eficientes que maximicen la fertilidad del suelo y minimicen la necesidad de fertilizantes externos.
Reducción del desperdicio de alimentos: Disminuir el desperdicio en toda la cadena de suministro para asegurar que más alimentos lleguen a quienes los necesitan.
Descarbonización del Proceso Haber-Bosch: Utilizar biogás a partir de residuos animales para producir fertilizantes sintéticos de manera más sostenible.
Es decir, sin innovaciones significativas, no será posible alimentar a toda la humanidad en 2050 utilizando exclusivamente métodos de agricultura ecológica actuales. En regiones críticas como el Chaco en Argentina, la adopción de estas innovaciones es esencial para evitar la deforestación y proteger la biodiversidad.
Combinando soluciones avanzadas y prácticas agrícolas sostenibles, es posible lograr una agricultura ecológica que no solo sea viable, sino también respetuosa con el medio ambiente y capaz de alimentar a una población en crecimiento.
La preservación de los bosques y la transición hacia una agricultura sostenible son pasos cruciales en la lucha contra la crisis climática, y las legumbres, con su capacidad para fijar nitrógeno, pueden jugar un papel central en esta transición. En Argentina, la integración de estas prácticas puede marcar la diferencia entre la conservación de sus valiosos bosques y la expansión agrícola descontrolada.
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