A medida que la deforestación y los desmontes avanzan a pasos agigantados, la reforestación se vuelve una necesidad cada vez más urgente. Los bosques de todo el planeta se enfrentan a desafíos cada vez mayores, desde la tala indiscriminada para obtener madera hasta incendios forestales más intensos, exacerbados por el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático.
Desde hace algunos años, algunas empresas han comenzado a utilizar drones para dispersar semillas en áreas deforestadas. Recientemente el laboratorio Morphing Matter Lab, de la Universidad Carnegie Mellon de Pensilvania, en los Estados Unidos, ha desarrollado un portador de semillas electrónicas (e-seeds) que podría revolucionar este proceso.
Semillas electrónicas para la reforestación
Los expertos del Morphing Matter Lab, liderados por la directora Lining Yao, se inspiraron en la naturaleza para crear un modelo de semilla inteligente que perfora la tierra de forma más eficiente cuando se activa por el contacto con la lluvia. Este avance abre nuevas posibilidades para la reforestación.
Gracias a este nuevo avance, será más fácil propagar las semillas mediante el uso de drones pero sin necesidad de una fuente de energía externa para que perforen el suelo. La inspiración para estas e-seeds fueron las semillas de erodio o geranio de roca, una especie herbácea originaria del norte de África, que gracias a su tallo en forma de taladro, al mojarse, es capaz de reproducirse en las fisuras de los peñascos.
El laboratorio desarrolló un portador de semillas hecho de madera de roble blanco que responde a los cambios de humedad. Mediante una serie de tratamientos químicos para mejorar su flexibilidad y densidad, el equipo logró que la lluvia perforara el portador de semillas. Y de acuerdo con una investigación publicada en la prestigiosa revista científica Natura, logró una tasa de éxito de un 80% en la reforestación de terrenos planos.
Los desafíos en diferentes tipos de terrenos
Esta innovación es un gran paso para mejorar los procesos de reforestación, ya que además ha demostrado ser capaz de proteger las semillas después de la siembra y mejorar sus posibilidades de germinación. Sin embargo, la implementación a gran escala de estas “semillas electrónicas” es más complicada de lo que parece.
La directora del proyecto destaca que será necesario desarrollar diferentes tipos de portadores de semillas que se adapten a cada tipo de ecosistema, teniendo en cuenta variables como el tipo de suelo y los niveles de humedad. Para ello deberán trabajar con profesionales locales que contribuyan a adaptar este modelo a las condiciones de cada región a reforestar.
Y aunque la tecnología ya ha sido probada en ciudades como Pittsburgh, en los Estados Unidos, y Changxing, en China, su aplicación y adaptación en cada nuevo sitio requerirá del compromiso y la inversión de los gobiernos locales.
Un problema de números
A medida que el interés en las e-seeds para la reforestación aumenta, surge la pregunta sobre será posible producirlas a gran escala. Los científicos del laboratorio Morphing Matter recalcan que para satisfacer la demanda actual y cultivar millones de árboles en un año harán falta estrategias de producción en masa. Además, no están seguros de que la eficiencia del 80% se mantenga en áreas más extensas.
De hecho, el profesor Shu Yang, de la Universidad de Pensilvania, tiene sus dudas respecto a si los costos de implementar esta tecnología a gran escala no serían demasiado altos. Por otro lado, Matthew Aghai, vicepresidente de investigación y desarrollo biológico de Mast Reforestation, ha destacado la necesidad de contar con mejores drones para la reforestación de zonas más amplias.
Actualmente, la tecnología de los drones no es capaz de proveer el grado de control y precisión necesarios para reforestar espacios como la Amazonia de forma efectiva. Además, los bancos de semillas requerirán de mayor tiempo para almacenarlas y los viveros necesitarán contar con mayor financiamiento para que no se produzca un cuello de botella.
La verdadera solución a la deforestación
La tecnología sigue intentando suplir a la verdadera solución para la tala indiscriminada de árboles: castigos más duros para quienes no respetan las leyes y deforestan zonas protegidas. Organizaciones ambientalistas como Greenpeace han abogado por penas de cárcel para aquellas personas o empresas que desestiman e incumplen las leyes que protegen los bosques nativos en todo el mundo.
Las semillas electrónicas son solo un paliativo que no servirá de mucho si los gobiernos no mejoran sus esfuerzos por preservar la biodiversidad, detener la deforestación y mitigar el cambio climático. La supervivencia de los bosques y la salud del planeta dependen más de cuidar lo que aún no fue deforestado, que de buscar nuevos modos de arreglar lo que, en primer lugar, nunca debería haberse permitido.