Los derechos humanos al servicio del medio ambiente

Unos 75 años después de que la Asamblea General aprobara la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los principios que consagra siguen siendo vitales. Si no respetamos los derechos humanos, no nos respetamos a nosotros mismos. Ninguna persona, comunidad o nación debe ponerse por encima de otra

El futuro de la humanidad depende de que trabajemos juntos, no separados, para superar la triple crisis planetaria: la crisis del cambio climático, la crisis de la pérdida de naturaleza, principalmente los bosques, la biodiversidad y la crisis de la contaminación y los residuos. 

Para promover el derecho más reciente del mundo es vital la consciencia por un derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible. 

Porque el medio ambiente hace posible nuestras vidas y nuestro bienestar. Sustenta el desarrollo sostenible. Y permite el cumplimiento de muchos otros derechos.

En este contexto, apoyar a los defensores de los derechos humanos medioambientales es clave. 

Estas valientes personas y comunidades se enfrentan a la intimidación, la criminalización y la muerte cuando se enfrentan a quienes devastan la naturaleza con fines lucrativos. 

Desde las asociaciones nacionales e internacionales es fundamental apoyar los derechos de los pueblos indígenas, que son los mejores guardianes de la biodiversidad y la naturaleza. 

Trabajar para incorporar sus conocimientos, innovaciones y prácticas en las estrategias de conservación y restauración de los bosques. 

Siempre con el compromiso derespetar los principios de equidad, no discriminación, igualdad de participación, responsabilidad y acceso a la justicia. Porque no puede haber un futuro mejor -para la naturaleza, el clima o las personas- sin justicia, equidad y verdadera inclusión.

Estas acciones incluyen involucrarse en el área de Derechos Humanos y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. para reforzar los derechos humanos y reparar los daños causados por el hombre al medio ambiente, en beneficio de todos.

Es decir, la interconexión entre los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental no puede subestimarse. 

Solo a través del respeto mutuo, la equidad y la inclusión verdadera podremos enfrentar los desafíos ambientales de nuestro tiempo y forjar un camino hacia un futuro sostenible y justo para todos.

En última instancia, el futuro de nuestro planeta depende de nuestra capacidad para trabajar juntos, respetando los derechos humanos y la justicia ambiental. La colaboración entre los programas de las Naciones Unidas, los gobiernos, las ONG y las comunidades locales es esencial para reparar los daños causados por la actividad humana y garantizar un futuro sostenible para todos.

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