Los incendios forestales representan una verdadera amenaza para el medioambiente argentino. Este fenómeno se encuentra estrechamente relacionado con las prácticas ilegales de empresas forestales y agropecuarias, que utilizan el fuego como una herramienta para ampliar los territorios donde desarrollan sus actividades.
Pero a medida que estos incendios se vuelven cada vez más frecuentes y destructivos, el daño provocado a estos ecosistemas tan importantes para la vida comienza a repercutir de forma negativa en la salud medioambiental de todo el planeta. ¿Acaso estos incendios pueden contribuir a empeorar el cambio climático?
En su último Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, la Secretaría de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación responde a este interrogante. El estudio destaca que los incendios forestales ocurridos durante el año 2020 fueron responsables directos del aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero del país en ese período.
¿Cómo influyen los incendios forestales en los niveles de emisiones de la Argentina?
De acuerdo con los datos provistos por el Inventario Nacional, en 2020 las emisiones del país alcanzaron las 376 MTCO2e (toneladas métricas equivalentes de dióxido de carbono). ¿El principal responsable de esta cifra? Los incendios forestales ocurridos a lo largo y ancho de todo el territorio argentino. Aunque tal vez una de las zonas más afectadas haya sido la región andino patagónica, con miles de hectáreas devastadas por el fuego.
Pero el impacto de los incendios no solo puede medirse en números. Estos fenómenos afectan la calidad del aire del país y su biodiversidad. Además, ponen en riesgo la seguridad física y alimentaria de las comunidades que dependen de esos ecosistemas tan valiosos para sobrevivir. Por todos estos motivos es imperioso que el gobierno nacional tome las riendas de este asunto y castigue a quienes atentan contra el medioambiente argentino.
¿Quiénes son los responsables de los incendios forestales en la Argentina?
Según datos provistos por el Ministerio de Ambiente de la Nación, el 95% de los incendios forestales son generados por la actividad humana. Las causas más comunes varían desde una simple fogata mal apagada durante un campamento en medio del bosque, hasta decisiones irresponsables relacionadas con el desarrollo agropecuario e inmobiliario.
Ante este escenario, organizaciones ambientalistas como Greenpeace han estado militando durante años para que los responsables de estos actos vayan a la cárcel por sus acciones. En la actualidad, las penas económicas no parecen ser suficientes para disuadir a las empresas de llevar a cabo estos atentados contra el ecosistema.
Por otro lado, cuando se logra identificar a los responsables, no existe una verdadera sanción por parte de las autoridades y, en la mayoría de los casos, ni siquiera se los obliga a reforestar. Esta falta de rigor contribuye a que año a año esta clase de siniestros continúen repitiéndose. Por eso, si realmente se quiere poner un freno a los incendios forestales, es fundamental que comiencen a ser considerados como delitos penales.
El papel del cambio climático en el aumento de los incendios
La coordinadora del Informe Bienal de Actualización, Eluney Deliens, ha reconocido que la crisis climática contribuye a que los incendios forestales se intensifiquen. Sin embargo, no se puede culpar al calentamiento global y las sequías cuando el 95% de los incendios son provocados por la mano del hombre.
Los intereses de inescrupulosas empresas inmobiliarias, agrícolas y agropecuarias son los principales causantes del aumento de los incendios y la degradación del medioambiente. Y si bien es cierto que el cambio climático demanda medidas preventivas que van mucho más allá, la regeneración de las áreas dañadas por los incendios provocados es una de las más importantes.
Falta de compromiso para luchar contra el cambio climático
Las recientes elecciones presidenciales en Argentina demuestran que la lucha contra el cambio climático no es una verdadera prioridad para la población. Y si bien es complicado preocuparse por el planeta mientras se atraviesa una crisis económica tan grave, es importante que el negacionismo no se vuelva la norma.
Si realmente se quiere luchar contra el calentamiento global, es necesario que las políticas climáticas no sean solo una cuestión gubernamental, sino que todos los sectores de la sociedad se comprometan para proteger el medioambiente y el futuro del planeta.