En las montañas, los árboles crecen cada vez más alto… y eso no es una buena noticia
Los árboles crecen cada vez a mayor altitud, según las conclusiones de un estudio científico chino. Una consecuencia del cambio climático, según los investigadores.
El cambio climático impulsa el crecimiento de los árboles en las montañas, una tendencia preocupante según un estudio científico chino informado por The Guardian.
A medida que los árboles alcanzan altitudes cada vez mayores, surgen riesgos para nuestras sociedades y ecosistemas.
En esta nota contamos cómo esta expansión forestal afecta a las áreas montañosas y a las especies endémicas en peligro.
Árboles más altos en las montañas: ¿qué significa este fenómeno?
En un planeta que se enfrenta a la creciente amenaza del cambio climático, las señales de su impacto se hacen cada vez más evidentes en todos los rincones del planeta.
Mientras algunos de sus efectos, como la erosión costera, se manifiestan de manera palpable en nuestra vida diaria, otros se ocultan a simple vista, operando en las sombras y debajo de la tierra.
Un estudio científico reciente realizado por expertos de la Universidad de Shenzhen en China, revela una de estas manifestaciones menos perceptibles, pero igualmente alarmantes: el crecimiento de los árboles en las montañas a altitudes cada vez más elevadas.
Este fenómeno, impulsado por el cambio climático, tiene implicaciones significativas tanto para el equilibrio de los ecosistemas como para la estabilidad de nuestras infraestructuras subterráneas.
Exploramos los hallazgos de este estudio y entendemos por qué esta noticia no es precisamente una buena señal para nuestro planeta y sus habitantes.
Árboles amenazados
La amenaza que supone la crisis climática para nuestras sociedades es cada vez más aguda, gracias al flujo regular de información de los científicos. En el día a día, algunos de sus efectos son tangibles, como la erosión costera.
Otros, sin embargo, son menos perceptibles. En particular, la desestabilización de las infraestructuras subterráneas de nuestras ciudades. Otras consecuencias, más o menos sorprendentes, son de esperar.
El 70% de los límites de los bosques de montaña
Un reciente estudio realizado por científicos de la Universidad de Shenzhen (China) ha demostrado que el límite forestal de las montañas tiende a aumentar. En otras palabras, los árboles crecen cada vez a mayor altitud, tal y como informaba The Guardian el sábado 19 de agosto.
Antes de poder hacer esta observación -que atribuyen al cambio climático-, los investigadores analizaron la superficie a la que crecían los árboles en altitud. Su investigación reveló una cifra preocupante.
En concreto, los científicos descubrieron que las líneas de árboles (analizaron el equivalente a casi un millón de kilómetros, repartidos en 243 regiones montañosas) habían subido una media de 1,2 metros al año.
Según la información citada por el diario británico, este desplazamiento es aún mayor en las regiones tropicales. Allí, la media es de más de 3,1 metros al año.
Como señala el periódico, el límite arbóreo puede variar a veces como consecuencia de la actividad humana.
Sobre todo cuando se trata del uso del suelo. Sin embargo, los diversos sectores estudiados por los científicos chinos se preservan de la acción humana.
Por ello, los expertos juzgaron que el cambio climático era la causa de este fenómeno. La causa: temperaturas más elevadas en altitud, que favorecen el desarrollo de los árboles.
Dado que los árboles son conocidos por su capacidad para absorber dióxido de carbono, la expansión de las zonas forestales parecería, a primera vista, una buena noticia, sobre todo para el desarrollo de la flora y la fauna. Sin embargo, no es así.
Especies endémicas en peligro
Como señala The Guardian, estas arboledas actúan como zona de transición entre los bosques y la vegetación alpina.
Esta última, conocida como tundra, carece de árboles. Situada en zonas climáticas montañosas, frías o polares, esta extensión de vegetación alberga numerosas especies endémicas. Por tanto, ampliar la superficie forestal podría amenazar su existencia.
Pero eso no es todo: la tundra rebosa de humedales, arroyos, lagos y ríos. Todos ellos son esenciales para el abastecimiento de agua, observa el diario británico. También actúan como potentísimos sumideros de carbono, que corren el riesgo de perder sus propiedades a medida que crece este fenómeno.
Todas estas observaciones significan que debemos prestar mucha atención a esta situación. Es más, podría haber muchas otras consecuencias que aún no han salido a la luz.
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